Gabi Fernández lo agita casi todo para salir del descenso en el que entró ayer el Real Zaragoza tras la victoria del Eldense en Cartagena. Una revolución en toda regla aunque sólo haya cuatro novedades. El técnico mantiene su esquema 1-4-4-2 pero no así las posiciones de algunos futbolistas para formar un equipo muy diferente en referencia al de los dos partidos anteriores, en principio mucho menos protegido. Entran Clemente como lateral izquierdo, Adu Ares y Aketxe en el centro del campo y Bazdar se suma al ataque. El técnico apuesta por futbolistas que prácticamente habían quedado en la nevera por su pobre rendimiento para un encuentro trascendental, mientras que, ante la baja de Calero por su expulsión en Santander, sitúa a Francho de lateral derecho en lugar de Luna. El experimento, en principio, asume bastantes riegos.
En una situación límite y frente a un rival de primer nivel. el entrenador deposita su confianza en un giro no exento de peligros. Muestra su desconfianza en Luna y Tasende, y la ausencia de Moya por acumulación de tarjetas la resuelve con una medular donde se mantiene Guti y Arriaga, pero que entrega creativo a un par de jugadores con el nivel más bajo de competitividad de la plantilla. Adu Ares llevaba cinco jornadas sin catar la titularidad, y Aketxe, seis, desde la derrota en casa con el Burgos. Se quedan fuera del once Liso y, una vez más, Pau Sans, futbolistas que mucho más afilados ofensivamente que los vizcaínos.
El regreso de Bazdar es también llamativo aunque entra bastante más dentro de la lógica, ya que Dani Gómez está dando poco de sí junto a Soberón. Gabi recupera al bosnio, bajo de calorías desde que disputara en Granada su último encuentro en el once, para probar otra pareja y con el ánimo de que el delantero le dé otras cosas, lo más próximas posibles a la versión que ofreció al principio del curso. La alineación tiene un punto de exotismo que manifiesta los problemas que está encontrando el técnico para hallar soluciones efectivas para un conjunto que deberá luchar por la salvación, ahora desde el corazón de las tinieblas y ya no sólo con el Eldense por encima, sino también con un Tenerife que ayer se impuso 1-3 al Sporting y sigue creyendo en huir de la quema a la que parecía condenado.
La Romareda, llena
Los tres puntos tienen un fuerte componente psicológico. De conseguirlos, el Real Zaragoza volvería a estar fuera de la zona roja, un territorio que sobrecarga de miedos y ataduras el sistema neurológico. Tiene el reto de vencer en una Romareda donde no sabe cómo ganar, en un estadio que ha colgado el cartel de ‘no hay entradas’ respondiendo al llamamiento colectivo para ayudar al equipo. El encuentro es de los que encogen el estómago.
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Mal día para experimentos, los jugadores cada uno a su posición, ojala salga bien. AUPA REAL ZARAGOZA