No digo yo que la nueva sociedad constituida por el Ayuntamiento, la DGA y el Real Zaragoza para la construcción de la nueva Romareda nazca con mucho cemento público y poco pero denso barro privado cuando iba a ser todo lo contrario hasta que una mota de inseguridad jurídica cerró los bolsillos de la generosa multipropiedad. Tampoco cuestionaré que la ciudad y los zaragocistas necesitan una edificación que les ofrezca seguridad, comodidad y salubridad frente a un campo, el actual, indigno desde hace décadas, desde hace varios proyectos incluido el actual que se ahogaron en la orilla o con el agua por las rodillas, bautizados y torpedeados por los políticos. Ni se me ocurre preguntarme de dónde saldrá el dinero que falta para que la terna de apasionados emprendedores con dinero ajeno aunque legitimado por los votos o por las quitas que son Azcón, Chueca y Mas completen el capital necesario para cubrir todos los gastos, todos, que implicará una construcción cuya explotación tiene toda la pinta de beneficiar a un fondo de inversión santificado por su altruista rescate del club. Perdonen que no entienda casi nada, que prefiera seguir en la ignorancia con tal de que el próximo verano, una vez que Bunbury ofrezca su último bis, comience el levantamiento de un templo que, por el momento, saldrá del cepillo municipal. Rezando estoy frente a la Nueva Jerusalén.
Creo que acerté con lo del campo eh¡¡¡ Mas Canosa y sus fondos buitre de Miami se lo llevan crudo de tus bolsillos e impuestos y ellos se ocuparán sólo de decorar los palcos para sus negocios, casi casi como lo de Floren con el super Bernabéu. ¡¡Pa mear y no echar gota!!