El técnico tendrá que mover la pareja de centrales por enésima vez contra el Éibar por la baja de Radovanovic en un equipo redondo que no encuentra
Martín Aguirregabiria, el lateral que estaba en la cueva de Gabi Fernández sin disputar un solo segundo con el madrileño, evitó que Rubén Sellés recibiera el finiquito. El defensa correspondió a la confianza que le entregó desde el primer minuto en El Molinón para marcar un gol por la escuadra que abatió al Huesca y que se tradujo en tres puntos vitales para el equipo y para la continuidad de un entrenador que aún no ha conseguido redondear un equipo de su confianza. Este sábado, después de hallar una aproximación a lo que quiere frente a los oscenses en un claro giro hacia los futbolistas más experimentados, tampoco podrá por la baja por sanción de Radovanovic. Se abre un nuevo casting para el acompañante de Insua en Ipurua. Saidu, aún entre algodones, Gomes, Pomares como alternativa de urgencia… Kosa está encadenado al banquillo. ¿Cómo jugará el Real Zaragoza en la visita al Éibar? Lo más lógico es que sólo se produzca ese cambio en el eje de la zaga, pero con Sellés y sus circunstancias y su todavía trabajo de explorador, nada se puede dar por seguro.
Vino para una misión imposible y sigue en ello, conociendo a la plantilla, la categoría y el fútbol español, experimentando, sufriendo las carencias de un vestuario de vuelo bajo y el castigo de una enfermería de puerta rotatoria: cuando sale uno, entra otro. La necesidad le ha obligado a utilizar piezas fuera de su casillero, a sacar del tablero a un buen número de titulares para entregar el protagonismo a algunos que estaban en el ostracismo. A apostar por Adrián para devolver el puesto a Andrada, a poner por a Bakis delante de Bazdar, Dani Gómez en los relevos. En Gijón, en su debut, buscó el primer golpe de efecto con Tachi de mediocentro y Aguirregabiria, ambos para subsanar las ausencias por sanción de Sebastián y Akouokou, entregando una de las bandas a Cuenca y formando con solo punta, Soberón. Sin Rado, Tachi ni Saidu, frente al Deportivo le dio galones de central al juvenil Gomes, que había hecho un partido notable en Copa ante la Mutilvera. Toni Moya regresó de ultratumba para incrustarse en una medular con Francho y Guti de mediapunta en una decisión controvertida y nada productiva. El canterano explicó esta semana que le había comentado al míster que no estaba cómodo en esa posición, a lo que Sellés le ha contestado esta mañana con un rapapolvos por desvelar una conversación privada que podría sugerir que se había visto influenciado para devolverle a su posición.
Con dos derrotas consecutivas, el desplazamiento a Granada probó con Sebas Moyano, otro de los retirados de circulación en el once, al no poder contar con Cuenca por lesión, dio la única oportunidad hasta la fecha a Pau Sans por la baja de Valery, mantuvo a Gomes y Guti continuó al lado de Soberón, con Moya de nuevo en el mediocampo. Nada funcionó en el Nuevo Los Cármenes, donde además sacó al campo a Bakis por delante del resto de los delanteros que calentaban banquillo. Ese gesto o capricho redondeo la peor tarde del técnico, quien no renuncia a exprimir en el futuro lo que pueda del turco. Al Huesca la recibió quizás con la alineación más próxima a sus gustos, pero novedades importantes tanto en los nombres como en la estrategia. Jugó por primera vez con dos puntas, Soberón y Kodro, devolvió a Guti a su hogar, dejó la portería en manos de Andrada y arriesgó con tres recién de la sala de curas, Radovanovic, Keid Bare y Valery, que cumplieron hasta que se quedaron sin combustible. Esta vez consiguió Sellés su primera victoria al frente de un Real Zaragoza que sigue en fase de ensayos, con un martillazo de Aguirregabiria y sin fútbol, como viene siendo habitual. En Éibar hay que encadenar un triunfo donde nadie ha ganado. Con el técnico valenciano y su varita de tenaz zahorí, buscando una gota de agua donde hace falta un lago.
