El Real Zaragoza, el fondo de inversión en realidad, se ha hecho con los servicios de Samed Baždar para las próximas cinco temporadas, un prometedor delantero del Partizan de Belgrado de 20 años, 186 centímetros de altura e internacional en una ocasión con su país (en un amistoso contra Chipre). La multipropiedad, después de desembolsar cerca de 300.000 euros por Iván Calero, ficha, en una operación de empresa (similar a la que hizo en su día con Pape Gueye) y por 1.4 millones de euros más variables en función de un hipotético ascenso a Primera y un futuro traspaso, a un futbolista desconocido para el aficionado de a pie pero que se ha hecho con cierto prestigio en la Superliga serbia, donde desde que debutara con 17 años en 2021 ha marcado 12 goles y ha ofrecido cuatro asistencias. La negociación del atacante elegido como referencia de cara al próximo curso ha sido ajena al director deportivo y al entrenador, que han sido escuchados en cuanto a las necesidades ofensivas sin tener un peso capital en la elección.
La información de este interés y los detalles fueron desvelados por el diario serbio Telegraf. Desde entonces, el movimiento ha sido seguido con expectación por los medios locales sobre un punta que emociona por tratarse de una apuesta directa para atender una de las grandes necesidades del club en las últimas cuatro temporadas, errático con los fichajes de todos los 9 hasta tal punto que ha peligrado su continuidad en el fútbol profesional. Baždar es una inmersión en un mercado, el serbio, muy productivo pero que no siempre logra que sus juveniles estrellas cuajen fuera del ecosistema de una competición muy por debajo en exigencias a otras de primer nivel. Será clave su adaptación, la empatía con un sistema de juego que pide un gran sacrificio y su respuesta al haberse convertido en el foco de atracción de un público que está recibiendo entusiasmado los mensajes que le llegan a través de una prensa a la que no le sobran datos sobre el espigado y aún verde delantero.
Baždar celebra un gol con el Partizán
Baždar, sexta adquisición en este verano, se convierte así en el noveno jugador serbio que llega al Real Zaragoza. Antes lo hicieron Radomir Antic, Dragi Kaličanin, Savo Milosevic, Slobodan Komljenović, Goran Drulić, Ivan Obradović, Stefan Babovic y Radosav Petrovic. El ariete, que por lo general ha actuado de segunda punta, se caracteriza por su elegancia pese a su altura y por su buena relación con el gol en su corta experiencia en el primer equipo. Le falta madurar, lo que buscará en un Real Zaragoza que le ha elevado a los altares frente a una afición muy sensibilizada, lo que supondrá una presión añadida para un futbolista que deberá ser protagonista desde el primer segundo. En realidad estamos frente a un continente por descubrir por muy atractivo que parezca en el mapa veraniego desde que el conjunto aragonés juega y malvive en Segunda División.
Mucho dinero para una gran incógnita.
Veremos como sale el melón cuando lo abramos.
Este chaval se parece hasta fisicamente a aquel Marc Gual de infausto recuerdo. Aquel iba para estrella y se estrelló de mala manera, como tantos otros jugadores mediocres en este Zaragoza pésimo de las últimas décadas. Ahí lo dejo.