Ver a Juan Forcen, jaleado por Jorge Azcón, puntear en su imaginación y en pleno concierto de Taburete la Gibson de doble mástil que revivió Led Zeppelin para Stairway to Heaven no auguraba nada bueno para el fin de semana. Ese ramalazo de descompasado heavy que poseyó al consejero del Real Zaragoza en la actuación del hijo de Bárcenas era el presagio de alguna catástrofe. Y así ocurrió el domingo en La Romareda con un equipo que desde hace tiempo es el vivo reflejo de quienes le representan, de artistas del camelo. «A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre», escribió Pio Baroja, frase de cabecera en el mundo del fútbol y piedra angular del proyecto de Jorge Mas y los Fitipaldis. Antes, durante y después del mercado de verano, la nueva propiedad dejó un buen puñado de muestras de que los cambios deportivos iban a ser los justos. En la gestión del club los hubo en la administración, pero se dejaron el armario el alcanfor de Forcén y Cuartero como si fueran la viva esencia del zaragocismo. La derrota frente al Lugo, los cuatro partidos sin ganar y la posición de descenso, no son producto de la casualidad. Mañana, Sanllehí y Torrecilla se personaran por primera vez en público para ofrecer su versión de los hechos. Es probable que, con una ficha libre del paro, para anunciar que se ha tanteado a Bill Murray para que interprete el día de la marmota una temporada más, la undécima. El director de Atrapado en el tiempo, Harold Ramis, explicó que originalmente quería que transcurrieran 10.000 años. A este paso, se cumplirá su objetivo con el director deportivo y el general de productores.
El ascenso, el playoff y la pomada, con cuatro fechas disputadas, se contemplan por el estafado seguidor como una nueva utopía. En otras circunstancias, se le podría consolar con lo circunstancial, con un pliego de magníficas sensaciones aún sin victorias, pero el Real Zaragoza va estar otro curso más, si no se mete en líos mayores, cruzando el océano de la mediocridad. Que no ocurra un accidente mayor dependerá, como ya hizo antes Juan Ignacio Martínez, del entrenador y de la plantilla. De que Juan Carlos Carcedo aplique con sensatez y no con el entusiasmo del principiante los escasos argumentos de que dispone en el vestuario para hacer del Real Zaragoza un bloque corajudo, intenso y zahorí incansable del gol que sigue sin tener porque a los nuevos dueños no les ha venido en gana y porque el grupo de scouting se ha desenvuelto con una mayúscula inutilidad en los zocos que debería dominar como encallecido fenicio. Los futbolistas, donde pululan un buen número de sobrantes y algunos que dan talla infantil para Segunda, también tendrán que arrimar el hombro. Todavía se espera a lo que pueda aportar Makhtar Gueye si logra encajar en este ajedrez de piezas tornadizas, pero por tercera campaña, a quien se añora de verdad es a Iván Azón, que a sus 19 años y desde la enfermería emerge como la gran solución ofensiva a un equipo mal concebido a propósito y peor resuelto en la ventana estival. ¿Qué dirán Sanllehí y Torrecilla en esa comparecencia de tándem jamaicano de ‘bobsleigh’? ¿Abrirá la rueda de prensa Juan Forcén rasgando una Gibson de doble mástil con Cuartero cruzando el escenario como Angus Young? En este Real Zaragoza todo es tan heavy que si se anuncia a Bill Murray de extremo zurdo, por los altavoces del estadio estallará ‘Lo mejor está porvenir’, el himno de la gran mentira.
Falta por saber si el título de este ridículo es «Atrapado en el tiempo » o más bien «La gran estafa». Y el dúo cómico Azcón Forcén, ni se esconde. Mal futuro, malo.
digamos mejor
«el día de la marmota»
el alcalde es el que está atrapado con forcen en el día de la marmota