¿Se ha mezclado Cristian con los humanos?

Cuestionar a Cristian Álvarez implica la hoguera para el aventurero que quiera o pueda argumentarlo. Aunque en ocasiones se le ha catalogado como el mejor portero de la historia del Real Zaragoza, valoración realizada por su espectacular rendimiento pero desajustada al contexto en el que ha sido beatificado, Segunda División, sí se le puede considerar el más influyente. En ese escenario renació el argentino y se convirtió, sin debate alguno, en el jugador más brillante de la plantilla año tras año con actuaciones memorables. La temporada pasada dio algunos signos de flaqueza el superhéroe, pero fueron errores puntuales aun siendo llamativos. Este curso, en las seis jornadas que se han disputado y pese a que en Valladolid estuvo ausente por molestias musculares, en sus cinco actuaciones sólo ha aparecido con cierta notoriedad en el Fernando Torres, donde Ibán Salvador y Zozulia pusieron a prueba sus reflejos.

Nunca en sus cinco experiencias en el conjunto aragonés le había disparado tan poco. Y, sin embargo, sólo ha conseguido mantener a cero su portería en una ocasión, en el debut del campeonato ante el Ibiza en La Romareda. Mínimo trabajo y goles muy dañinos de los que no se le puede responsabilizar directamente con el matiz de que en casi todos ellos ha salido en la fotografía: el córner mal defendido colectivamente ante el Fuenlabrada y el último frente a la Real Sociedad B, tanto que llegó por la indolencia de Lluís López al dejarse ganar la posición por Magunazelaia, han sido los más vistosos. En esta cita ante el Sanse, el guardameta no volvió a intervenir salvo con los pies, asumiendo riesgos excesivos que denotaron una cierta suficiencia impropia de la seriedad y solvencia habituales del rosarino.

En las cuatro campañas anteriores, no le habían marcado como mínimo en dos de sus cinco primeros encuentros en la titularidad. Lleva cuatro dianas encajadas, más o menos sobre la media con la sustancial diferencia de que solían ametrallarle con bastante más frecuencia. ¿Estamos ante la versión más terrenal de Cristian Álvarez? ¿Se ha mezclado definitivamente el extraterrestre con los humanos? Aunque sea pronto para sacar conclusiones taxativas, se percibe un portero expuesto a desatenciones defensivas graves sin la capacidad de reacción de otros tiempos mejores. También en disposición de volver a ser santificado en cualquier momento y devolver toda duda a la hoguera.

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