Sellés se pasa a la comedia con Sinan Bakis

El técnico ‘alimenta’ el ataque con el turco por delante de todos los delanteros de banquillo de un Real Zaragoza sin categoría física ni táctica que pide la eutanasia (3-1)

Sinan Bakis, un delantero de quien ha renegado el Real Zaragoza y el resto del submundo de este deporte porque no da la talla física ni goleadora, fue el primer recurso que utilizó Rubén Sellés para intentar sumar al menos un punto ante un Granada que había remontado su tanto en propia meta. El técnico valenciano se ha pasado definitivamente a la comedia en un escenario donde jornada tras jornada se representaba la tragedia. Tenía a Dani Gómez, que salió más tarde para disparar al poste y rozar el empate, algo que el turco no ha hecho en temporadas, Bazdar, el fichaje más costoso desde que la peste se ha instalado en el club, y Kodro, la gran sorpresa del mercado de verano. Esa decisión tiene moraleja: el último que parecía tener la sesera en su sitio, la ha perdido. En parte por su inexperiencia y, sin duda, porque maneja un vestuario que con o sin bajas, carece, si es que había alguna duda todavía, de categoría para Segunda División. El Real Zaragoza pidió oficialmente la eutanasia en el Nuevo Los Cármenes, frente a un rival desquiciado que se presentaba penúltimo pero que terminó infligiendo la sexta derrota consecutiva a este vehículo con las cuatro ruedas pinchadas.

Salvo Francho, el resto de los jugadores no corren. Están, trotan y se repliegan a la velocidad de caracoles de jardín. El conjunto de Pacheta, que tuvo la delicadeza de regalar un gol en el minuto 3 con un malentendido entre Luca Zidane y Oscar ante la presión de Pau Sans, trituró al Real Zaragoza por piernas. Las de Diallo, Souleymane Faye, Jorge Pascual y, al final, José Arnáiz, velocistas que dejaron a Aguirregabiria, Insua y Pomares desplomados en cada carrera. Por fútbol, pese a que le regalaron la posesión, no estuvo tan lejos del colista durante un encuentro delirante, un partido al que el equipo aragonés volvió a presentarse bajo ese enrevesado y obtuso planteamiento táctico que sitúa a Guti de mediapunta y a Soberón como único atacante y que deriva en once futbolistas detrás del balón, defendiendo no se sabe el qué ni cómo. El 0-1 de Txema Indias, quizás. Hasta que aceleraron los nazarís por los costados y se produjo la sangría en forma de faltas, de tarjetas, de paradas de Adrián. En el caos, de unos y de otros, igualó Jorge Pascual, y el Real Zaragoza rebajó su estatura competitiva al máximo para convalidar su tamaño de insecto muy fácil de aplastar.

A nueve puntos de la aduana de la permanencia, la próxima semana jugará con el Huesca, quien marca esa frontera. El Real Zaragoza se halla a años luz de ganar a alguien. Su tránsito hacia el fútbol amateur es una continua agonía y Sellés tampoco ha resultado ser la solución. Quitó a Pau Sans, a quien había alineado junto a Moyano para cubrir las bajas de Cuenca y Valery, para doblar el lateral con Tasende, después se sacó de la manga el cambio de Guti, de nuevo terrible como hombre de enlace y cuando regresó a la base, por Bakis… Aquí se percibió el lío que lleva el entrenador, a quien se le ha hecho el mismo nudo que a Gabi Fernández en la búsqueda de soluciones donde no existen. Paulino tampoco con sus gambetas a destiempo y fuera de forma. Con el 1-1 y en el arranque de la segunda parte, Moya puso a prueba a Zidane y corrió un poco la brisa, con el Granada otra vez angustiado. Pero en cuanto se abrió la veda y tras un error de Guti, el Granada disparó a matar en tres toques y se presentó con Alemañ para establecer el 2-1. Arnáiz clausuró el marcador en solitario para llevar la paz a Pacheta y a la grada local.

Todavía se filtra la desvergüenza de que hay que llegar vivos a diciembre para dar un salto cualitativo en la segunda ventana del curso. Estamos frente al mayor pillaje de la historia de la institución, con la dueños intentando convencer a los familiares del fiambre en el funeral, la afición, de que aún hay esperanza. No sólo han disparado a quemarropa al Real Zaragoza, sino que además trasladan un consuelo amoral sin dar la cara. Lo que resta de temporada va a ser una representación surrealista entre directivos canallas, un director deportivo descalificado, futbolistas o senderistas  sin fe ni entusiasmo ni calidad y un técnico que ha perdido el bonus de la confianza en tres encuentros. ¿La afición? Va a seguir ahí, inmovilizada en lo ejecutivo aunque proteste, espectadora en el teatro de las pesadillas. Y Bakis maquillándose en el camerino para ser protagonista.

Granada 3: Luca Zidane; Oscar (Manu Trigueros, minuto 73), Manu Lama, Williams, Diallo (Gagnidze, minuto 78); Alcáraz, Sergio Ruiz (José Arnaiz, minuto 73); Alex Sola, Alemañ (Rodelas, minuto 78), Fayé (Pablo Sáenz, minuto 87); y Jorge Pascual.

Real Zaragoza 1: Adrián; Aguirregabiria (Juan Sebastián, minuto 78), Insua, Gomes, Pomares; Francho, Toni Moya; Pau Sans (Tasende, minuto 62), Guti (Bakis, minuto 70), Sebas Moyano (Paulino, minuto 70); y Soberón (Dani Gómez, minuto 78).

Árbitro: Mallo Fernández, del colegio castellanoleonés. Mostró cartulina amarilla a Pomares, Aguirregabiria, Gomes y Bakis, por el Real Zaragoza.

Goles: 0-1, minuto 2: Oscar en propia metaa. 1-1, minuto 36: Jorge Pascual. 2-1, minuto 63: Alemañ. 3-1, minuto 90+3: José Arnaiz.

Incidencias: partido correspondiente a las decimotercera jornada de liga, disputado en el estadio de Los Cármenes con la presencia de 14.272 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria Juan Manuel Lucena, padre del delegado del Granada C. F.

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