El desgaste y sus consecuencias, la necesidad de mejorar un resultado adverso, el cambio de jugadores y la apertura de los sistemas originales por diferentes circunstancias hacen que el gol, en el fútbol, se produzca con mayor asiduidad en las segundas partes. No es una novedad. Lo que sí resulta llamativo es el alto porcentaje de tantos que consigue el Huesca esta temporada tras el descanso. El Real Zaragoza deberá estar muy despierto este domingo durante todo el encuentro, pero con especial atención a esa inspiración realizadora del conjunto oscense en el regreso del vestuario.
Su producción es asombrosa después de haber consumido los primeros 45 minutos. Con Nacho Ambriz al principio y ahora con Xisco, el conjunto oscense no ha variado en esa tendencia a encontrar la puerta rival en la continuación. El Huesca registra en ese periodo 28 goles de los 43 que lleva en total, es decir nada menos que el 68% de su potencial atacante. De los 18 que ha marcado en El Alcoraz, donde bajan sus números, 12 han sido en la segunda parte. El Real Zaragoza firma el 56% de sus dianas en la segunda parte, 18 de las 32 que ha logrado en este curso.
Teniendo en cuenta el tipo de partido que se espera en El Alcoraz, donde los dos equipos apuntan a ceder el protagonismo al adversario sin urgencias y con un gran dedicación para evitar cualquier tipo de error, es muy probable que los acontecimientos importantes se produzcan en esa franja donde el Huesca se expresa mejor al menos en ataque. Hay ejemplos suficientes para corroborar que la escuadra azulgrana es una seria amenaza en las segundas partes.
Contra el Cartagena, hizo los dos tantos de la victoria en los minutos 53 (Delmás en propia meta) y 73 (Seoane), pero fue en Montilivi donde se comenzó su leyenda: se impuso por 1-3 con tantos que llegaron en los minutos 47 (Marc Mateu), 83 y 96 (Seoane). El Mirandés, despues de una primera parte plácida, recibió un severa paliza de regreso al campo: en los minutos 61 (Escriche), 70 (Gerard Valentín), 77 (Seoane) y 85 (Póveda de penalti), el Huesca trituró a los burgaleses. En Anduva, Marc Mateu cazó los tres puntos en el 68 , y ante el Lugo en casa, Seoane rubricó el triunfo en el 90. Su última golpe a lo grande lo dio en La Rosaleda, donde doblegó al Málaga en los minutos 47 (Marc Mateu) y 57 (Seoane). Por el camino quedan los empates en el Molinón (81′, Seoane) y Ponferrada (97, Seoane de penalti).
Si hay un futbolista que representa mejor que nadie ese espíritu del Huesca para dejar lo mejor de sí mismo para las últimas curvas de los partidos, ese es Jaime Seoane, el pichichi del equipo altoaragonés con una docena de goles, todos ellos marcados en la segunda mitad. Seoane es un centrocampista polivalente con una capacidad sobresaliente para presentarse desde la segunda línea con sangre fría y puntería muy fina aunque el reloj consuma su último aliento. La mitad de esos 12 tantos los ha fabricado después del minuto 80, tres de ellos en el alargue. El Real Zaragoza no puede perderle de vista ni con el partido terminado…