El Real Zaragoza arranca, pero ¿hacia dónde? Con apenas 48 horas de diferencia aparecieron en público el presidente y el director deportivo para calmar a la turba, que está la afición muy irascible por un quítame allá esas pajas. Que todo lo quieren saber. Qué engorro. Y ese par de comparecencias exprés fueron pura ilustración. Por un lado el presidente ungido por la gracia de los dioses del paseo Independencia explicó que la compraventa sigue su curso con lo sustancial en el plato. Eso sí, faltan la firma y los fondos. Y si no llegan, oye pues seguimos adelante con ilusión con espíritu de boy scout, que son gente responsable que cobra los abonos íntegros así la peste haya diezmado la economía de los campesinos. Miguel Torrecilla, a quien según JIM la nueva propiedad le había transmitido tranquilidad, cogió el micrófono en la presentación de Borja Sainz para ofrecer un speech sobre los fichajes que en teoría están al caer después de Luis Carlos Cuartero le haya comunicado al altura del límite salarial para esta temporada. Esa cantidad alcanzará para conseguir futbolistas que den nivel de aspirante al Real Zaragoza y sobrará para pomada optimista.
No hace falta ser Philip Marlowe para intuir que las declaraciones están salpicadas de contradicciones, que esta ocasión el mayordomo y el jardinero saben perfectamente dónde está enterrado el cadáver del inversor. No hay firma ni dinero en la transacción de títulos que, como dijo Sainz de Varanda hace un mes en la Ciudad Deportiva se iba a producir o no en horas o días. Después de 30 días de silencios, Lapetra, muy circunspecto, informa que restan unos pequeños detalles, los 50 millones aireados, para el club cambie de manos. Va ser que la goleta que traía el tesoro se ha hundido en mitad del Atlántico o ha sido abordada por un barco pirata… Mientras se descubren las causas del retraso o accidente, Torrecilla anuncia que ya conoce por voz de Luis Carlos Cuartero (alabado sea Dios, que fortuna la suya de haber asistido al milagro de oír hablar al director general) de cuánto dispondrá para la plantilla: cuatro jugadores más cuando harían falta siete u ocho además de Gámez y Sainz.
¿Cuartero dixit? La intriga da para un serial. Si Torrecilla había contactado con la «parte contratante de la primera parte», ¿por qué ahora «la parte contratante de la primera parte pasa a ser la segunda parte contratante de la primera parte». ¿Tiene el director general poderes para actuar en nombre de la primera parte contratante o la primera parte de la segunda parte contratante es la segunda parte de la primera parte? Un central, un centrocampista defensivo y dos delanteros. Seguramente alguno de ellos a préstamo o a precio de Wallapop. O no. En este campo, el de los refuerzos, no se juega. El centro del campo es un erial físico, y una sola incorporación supone asumir un riesgo mayúsculo. En la delantera, con Azón postulándose para ganar más minutos e incluso partidos, se necesitan dos cañoneros. O uno y medio. El gol es sagrado. El central que se persigue tras la espantada de Peybernes, lo que no debería rasgar vestidura alguna, en ningún caso puede ser una pieza secundaria sino todo lo contrario. Haría falta otro lateral pese a que Ángel haya demostrado cualidades para estar incluso por delante de Gámez, porque lo de Francés en banda es una perversión. Y en la portería, un segundo de perfil de primero porque Cristian no es inmortal aunque siga demostrando lo contrario. Con seis no basta ni de lejos para ser «supercompetitivos».
Los aspirantes que comenta Torrecilla, en Segunda, son prácticamente 18 de los 22 clubes que participan, y las compraventas están cerradas cuando el dinero está en la cuenta de los accionistas por mucho que a Lapetra le parezca un tema poco sustancial. Y Cuartero ordena y manda todavía. Quizás el Real Zaragoza sí sea un caso para Philip Marlowe.
Mal asunto,muy malo, cuando la prensa tiene prácticamente la misma información y conocimiento que el aficionado.