La deriva que va tomando estos últimos meses el Real Zaragoza provoca que el club vaya a merced del viento. Y en esta ciudad donde el cierzo es protagonista desde siempre forjando un carácter propio a sus habitantes, puede llegar a ser peligroso si las rachas son tan veloces que derriben árboles, paredes o tejados. Desde aquel partido en Las Palmas hace casi diez años donde se perdió a ocho minutos del final el ascenso no ha estado tan cerca; todo lo contrario, la pérdida de personalidad y la llegada de entrenadores de todo tipo cesados a las pocas semanas rendidos a la realidad, han desembocado en esta amargura.
La Romareda ha sido un nexo de unión entre lo mejor y lo peor del club; la transformación de la afición en lo más importante con su apoyo incondicional al equipo producto de la ansiedad por el fracaso continuado de cara al ascenso, la construcción del estadio modular junto al nuevo estadio y el desastre de jugar en casa donde casi todo el mundo empata o gana en las últimas temporadas. Esta sensación de castigo inmerecido por la intervención de los últimos propietarios desde la llegada de Agapito Iglesias, la Fundación Real Zaragoza 2032 y los inversores que se hicieron cargo de la sociedad con la intermediación de Forcén que también ahora es fundamental en los negocios con Gil Marín, Jiménez de Parga y Jorge Mas fuera del espectáculo futbolístico. Para eso están las sociedades de intermediarios que asumen los fichajes y traspasos blanquillos que trabajan para el Atlético de Madrid.
Ahora lo que empieza a correr como la pólvora en parte de la afición es que nunca ha habido interés real en el ascenso pese a las declaraciones del presidente y del director general hasta 2027, quizás por la inauguración de la nueva Romareda o por otras circunstancias vinculadas a propietarios del equipo colchonero. Y no solamente eso sino que, como ocurriese con clubes como el Deportivo de La Coruña o Málaga, asumir sin preocupación un indeseado descenso al balompié aficionado. Incluso hay quienes piensan que podría asumirse la desaparición comenzando en 2ª RFEF con otro club libres de toda deuda y con el apoyo empresarial y político de la ciudad. Mi deseo es que el rumor sea infundado y no se cumplan ninguna de las dos posibilidades.