Un peso pesado sin cintura

El Real Zaragoza resuelve y disimula con puños de acero su tremenda insuficiencia regateadora en ataque, un perfil monolítico que define su marcada, y por ahora exitosa, apuesta por el fútbol de impactos

La personalidad del Real Zaragoza se corresponde cada vez más a la de un púgil con puños de hierro en ataque y una mandíbula defensiva de cristal. Pelea por ahora en la categoría de los pesos pesados porque resuelve no pocos de sus combates a guantazos, tome la iniciativa o se recupere de serios apuros contra las cuerdas. Sus 24 goles a favor son una clara muestra de que bebe del manantial ofensivo de futbolistas que están respondiendo muy por encima de lo previsto, casos del lesionado Soberón y de un Azón que se ha desprendido del cartel de revulsivo desde que tomó el relevo de su compañero. Una docena de goles corresponde a este dueto, a los que que hay que sumar los cuatro de Bazdar, este fin de semana con la selección de Bosnia y Herzegovina. Esa majestuosa y productiva industria armamentística concentrada en su mayor parte en estos tres jugadores le ha salvado de la deshidratación de equilibrios que suele provocar un sistema atrevido y también inconsciente, con instantes de pura improvisación. Víctor Fernández, tras reconstruir una plantilla con claras lagunas para dotar al equipo de la regularidad que exige la empresa del ascenso, entró el casino y lo apostó todo a la ruleta del ataque. A las puertas de la 15ª jornada, el entrenador ha conseguido un triunfo puntual con muchos combates todavía por delante.

Cuando ha querido especular en función de las respuestas de su rivales o ha cambiado el guion estratégico de principio, le han castigado con dureza. Por naturaleza y por defecto tiene unas virtudes muy reconocibles sobre cuya explotación se siente más cómodo. Con una defensa con dificultades para darle al balón sentido en la salida y un centro del campo con una transición flemática, el Real Zaragoza apunta directo a la diana de sus delanteros, a hacerles llegar el esférico lo antes posible. Uno de los aspectos que mejor define su figura realizadora o sus intentos por asaltar el área, confirma su formato de monolito, sin apenas margen para la creatividad individual. Corre o presiona y pega sin necesidad de refinamiento. Y asiste cómo los ángeles, de hecho 18 centros han terminado en gol, lo que le sitúa como el conjunto con más precisión de la categoría en esta faceta con participación de once futbolistas: Moya (3), Bazdar (3), Marcos Luna (2), Iván Calero (2), Keidi Bare (2), Lluís López, Jair, Tasende, Aketxe, Liso y Azón. Esa estampida contempla en su catálogo el avasallamiento porque la plantilla carece de finos estilistas como se refleja en las estadísticas que se refieren a su capacidad regateadora, una de las más pobres de Segunda. Soberón y Azón son finalizadores rotundos, y Liso es un bisonte que va por libre, con mayores recursos para el desborde en carrera. De esa línea de fuego, Bazdar, el cuarto que más dispara del campeonato con 16 tiros, es el único que ha dejado destellos de elegancia como, por ejemplo, en el tanto que supuso la victoria ante el Levante o su delicadeza para deshacerse del portero en Elda. En la medular no hay tampoco grandes burladores que rompan líneas por habilidad. Aketxe es quien maneja el balón con más sutileza, pero en espacios cortos, sin velocidad suficiente como para emprender aventuras que implique llamativos sorteos de obstáculos.

Así, el Real Zaragoza es el tercer equipo que menos brilla en el regate. Sus puntas lo ha conseguido sólo en 84 ocasiones, tan sólo por detrás de las 81 del Burgos y las 75 del Levante. Los problemas que tiene en esta suerte del juego se acentúan en la comprobación de que es el segundo que más fracasa en el intento: sus jugadores más avanzados no han logrado el propósito de esquivar a un contrario en 129 oportunidades, por detrás del Oviedo y Éibar con 133 y 129 decepciones, respectivamente. En el plano personal, Liso se ha ido de quien le sale al paso en 9 tentativas fallando en 33. Azón se a escapado una vez, ocho Soberón, cuatro Marí, tres Bazdar, tres Ares y seis Pau Sans, el que mejor porcentaje presenta. Yeremay, del Deportivo, lo ha hecho en 50; Carracedo, extremo derecha del Córdoba, en 35; Brian Ocampo, del Cádiz, en 27; Luismi, del Tenerife, en 23; Luis Suárez, del Almería, en 18; Cedric, del Cartagena, en 17; Andrés Martín, del Racing, en 16; Fidel, del Albacete, en 15… El equipo de Víctor Fernández no dispone de esa figura burlona y desestabilizadora por sí misma. Sobrevive en la alturas sin cintura, pero con una herradura en los guantes.