Un Real Zaragoza plomizo deja de ganar

El conjunto aragonés choca de nuevo contra un rival de mejor y más flexible trato con el balón y rasca un empate apelando al tesón de Valera (1-1)

La uniformidad del Real Zaragoza es indiscutible. No hay jugador que abandone el barco hasta el último aliento de la quilla de los partidos. Así había conseguido ganarlo todo hasta la visita del Racing, que cogió el balón y se adornó con él para atacar, construir y defender. El Cartagena ya dio el primer aviso con puñales por fuera y los cántabros le hirieron de nuevo con cuchillas por dentro. De Cartagonova salió con los tres puntos por su resistencia, por ese espíritu de dolmen y también porque hizo de la fortuna su aliada y la gestionó con inteligencia. En esta ocasión tuvo que conformarse con un empate que le mantiene invicto pero que incide en que quizás en su mayor virtud arrastre un pecado que purgar cuanto antes. De su pétrea compostura apenas florecen detalles de fantasía. Una máquina muy bien engrasada que traquetea para competir pero sin mucha vaselina en la imaginación. La baja de Francho, sin ser un ilusionista con el balón, puede notarse más de la cuenta porque oferta a sus compañeros corredores por los que airear el fútbol sorpresivo.

El Racing fue mejor como lo había sido el Cartagena, con la diferencia de que los fibrosos muchachos de José Alberto supieron qué hacer en la mayoría de los actos de la obra. Con la sutileza de Íñigo Vicente, Aldasoro, Andrés Martín y la elegancia de Granier, es decir con mucho fútbol en las botas, se adueñaron del centro del campo y del encuentro. Tony Moya y Aguado contemplaron la primera parte desde el gallinero como espectadores invitados, lejos de descifrar lo que sucedía a su alrededor. El Real Zaragoza sólo latía en el tesón de Valera, es decir en sus constantes rupturas o intentos por la banda para dar alguna pincelada de color a tanto hormigón, con Mesa, Manu Vallejo y Bakis atrapados bajo un juego plomizo. El Real Zaragoza, huérfano de recursos, visitó la consulta de Cristian, psicólogo y padre. El argentino evitó lo peor en un punterazo de Andrés Martín como culminación a una exquisita interpretación de las paredes levantadas a base de una importante sincronización técnica.

No había salida por el carril de Luna, debutante como consecuencia de las lesiones de Nieto y Quentin, ni por la izquierda, donde Gámez fue el elegido para tapar el doble vació en esa posición. No había nada salvo la zancada de cuatrocentista de Valera. Para desgracia, Mouriño se adelantó en exceso un pase de Aguado y perdió el control de la situación y del esférico, que cayó nada menos que en la zurda detallista y exacta de Ïñigo Vicente para ver la llegada de Granier y regalarle el gol. Por primera vez este curso y por merecimientos varios, el Real Zaragoza estaba por detrás en el marcador. Ese lúgubre escenario sólo podía iluminarlo Valera, y así fue con una acción personal que empezó y acabó el extremo para igualar el choque sobre la bocina del descanso. Con tiempo y el oxígeno que entrega todo tanto sobre caída de telón para hacer correcciones, nada se enmendó. Mantilla pudo adelantar al Racing con una asistencia de Andrés Martin, pero marcó en exceso el gesto del cuello y su frentazo a placer lamió el poste por fuera.

Escribá puso en marcha la turbina con Azón, a quien, al igual que Francés, había dejado en el banquillo. A la brava, tampoco pese al ímpetu del ariete en contraste con la pereza de Vallejo. Jaume, Mollejo y Sergi Enrich entraron por Aguado, Mesa y Bakis, los tres imperceptibles, desconocidos y, en el caso del turco, sin gol otra semana más, incapaz de superar a un Germán colosal. Y el Racing a lo suyo. A tocar y tocar, mucho mejor puesto y orientado, con su entrenador interpretando con sabiduría el libro de los cambios. El Real Zaragoza salvó un punto aunque pareciera que buscara el otro par. Dirigido por Moya con más físico que intención, continuó denso, previsible y aburrido. Posiblemente siga líder una jornada más. No es un mal lugar para examinar sus imperfecciones e intentar que su fútbol machacón produzca alguna melodía.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Marcos Luna, Santiago Mouriño, Jair Amador, Fran Gámez, Marc Aguado (Juame Grau, 62), Toni Moya, Germán Valera (Sergio Bermejo, 79), Maikel Mesa (Víctor Mollejo, 74), Manu Vallejo (Iván Azón, 62) y Sinan Bakis (Sergi Enrich, 74).

Racing: Jokin Ezkieta, Mantilla, Germán, Rubén Alves, Saúl García, Iván Morante (Pol Moreno, 90), Grenier (Arana, 60), Aldasoro, Íñigo Vicente (Íñigo,90), Andrés Martín (Marco Sangalli, 75) y Ekain (Peque, 60).

Goles: 0-1 Grenier min. 40, 1-1 Germán Valera min. 47.

03 comments on “Un Real Zaragoza plomizo deja de ganar

  • Luceni , Direct link to comment

    Todos los entrenadores de segunda saben ya cómo decapitar al zaragoza de Mas and Cia., diciendo que es el equipo que mejor ha fichado (jajaja). El equipo juega fatal, hasta ahora ganó con mucha suerte. Hoy creo que conté unos 280 pases atrás u horizontales a ningún sitio. Lo de siempre. Ah y los cubanos ya no quieren implicarse con el nuevo campo, jodo, qué nivel no?

  • Leonaredo , Direct link to comment

    Acertada crónica, Sr. Hernández.
    Ayer recibimos una lección de fútbol impartida por un equipo como el Racing: ordenado y con criterio con el balón en los pies. Esa es la realidad aunque nos duela.
    Volvemos, bueno, creo que no nos hemos ido, a un fútbol en que,los defensas en pase largo a los delanteros rifan el balón, con un centro del campo ausente.
    Se nota y much la ausencia de Francho. Veo a Aguado desacoplado y con poco protagonismo, como el resto de centrocampistas.
    Efectivamente nos han tomado la medida el resto de los equipos cuando llevamos unas pocas jornadas disputadas. Somos demasiado previsibles y eso, o se cambia, o se pagará muy caro.

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