Una noria sin el control del feriante

El cansancio y el aburrimiento superan la tristeza y la rabia de muchos zaragocistas al comprobar que no se hace nada por salir de esta noria que no responde al control del feriante. Vueltas y más vueltas para seguir en los dramáticos puestos de descenso desde hace tiempo y con muchas posibilidades de terminar estrellándose en el suelo. Silencio absoluto del club cuyo único portavoz es Gabi Fernández que se permite el lujo de asumir como un héroe la salvación del Real Zaragoza.

Es mi opinión personal, pero creo que él también desea salir de este peligroso juego y asume la decisión de morir «con las botas puestas». Supongo que recordarán esa famosa frase del General Custer al caer con el VII de Caballería ante seis mil indios después de no ser atendidas sus razonables peticiones en Washington y dejarse la vida en una misión suicida. Como la del General Palafox antes de ser destruída Zaragoza con cuarenta mil muertos en dos históricos sitios, al mariscal francés Lefebvre: «Mi espada guarda las puertas de la capital y mi honor responde de su seguridad. Vuestra excelencia hará lo que pueda, yo lo que deba». El duque de Zaragoza sobrevivió treinta y tres años a la guerra sin ser abatido por el ejército de Napoleón, ni muerto por la peste que asoló la capital aragonesa. También, mucho tiempo antes, Leónidas prefirió sucumbir a capitular ante Jerjes y con solamente trescientos soldados le dijo al rey persa, «Ven y tómalas» refiriéndose a las armas que no entregó en la batalla de Las Termópilas.

No rendirse significa, en la mayoría de los casos, dejarse la vida ante un adversario superior. Sin tener opciones de ganar pero con el orgullo de ofrecer su cuerpo a un final ya asumido. Gabi conoce el término de su vida profesional aquí tarde o temprano y aprovecha que las decisiones tardan en tomarse en un club cuyas ideas pertenecen a quienes estarán hasta 2027 al frente del Atlético de Madrid. Lo importante es la construcción de la Nueva Romareda y que el estadio modular se haya levantado en tiempo y forma con el apoyo de los dueños locales del Real Zaragoza gracias a la inversión de sus socios inversionistas.

Si se consigue vencer al equipo andaluz en el Almería Stadium, la situación seguirá siendo difícil por la escasa puntuación de los blanquillos y, si se pierde, lo normal es que se cambie de entrenador para darle algo más de tregua a Txema Indias y al director general. Pero la continuidad del técnico madrileño estaba ya complicada antes del comienzo de la temporada por las discrepancias entre el director deportivo y el técnico, que ha lanzado varios mensajes en este sentido en sus apariciones públicas. Y pese a lo que diga Moyano ante los medios, está claro que el vestuario camina por diferentes senderos con futbolistas que no comparten las decisiones del entrenador.

De todas formas habrá que esperar a que se desarrollen los acontecimientos porque en el fútbol todo puede cambiar después de un resultado. Y mucho más en esta Segunda División tan demoledora donde el Real Zaragoza se ha convertido en un clásico al que gusta vencer y cuya afición, hasta ahora, prefiere no hacer caso de su rabia contenida y deja la supervivencia del club a la fe, la creencia en algo o en Dios sin necesidad de evidencia, basándose en la confianza ciega como último recurso.

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