Una ‘VARbaridad’

El gol que no sube al marcador de Giuliano viene precedido de una meridiana falta de Gámez a Callejón, a quien golpea con los tacos de su bota en el antebrazo, pero una vez que el colegiado dicta que la jugada siga, llega el magnífico tanto del delantero argentino, todo velocidad y talento para batir a Raúl Fernández bajo las piernas. Era el empate, pero el línea levantó el banderín y la acción fue repasada por el VAR. Las dudas poblaban el tiempo de espera porque la arranca del punta parecía al límite, justo entre las fronteras de lo legal y lo ilegal. Una vez reflejada la imagen y tiradas las líneas, se optó por el fuera de juego. ¿Qué fuera de juego? Según la imagen ofrecida desde la sala VOR, situada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, entre el zaragocista y el futbolista del Granada que sirve de referencia no se aprecia que la posición del Cholito, su rodilla, esté adelantada, en cualquier caso está a la misma altura que el defensa, que su pie. En ese caso, el tanto debería de haber subido al marcador, algo que no ocurrió al atender González Francés a la recomendación del VAR en una decisión objetiva. Sus tres colegas, sin embargo, ni siquiera actuaron en una decisión subjetiva anterior  como fue el desplazamiento en el área a Larrazabal, un encontronazo que parecía fruto del contacto de los hombros pero que se contempló como un claro empujón. El Real Zaragoza hizo lo suyo para perder en Los Cármenes, pero posiblemente le birlaron el empate. Sobre todo en es efuera de juego a todas cámaras una VARbaridad.

Otros fallos del colectivo arbitral en el partido fueron, sin duda, sancionar con tarjeta un desplazamiento de balón premeditado  de Víctor Díaz para perder tiempo que le hubiera supuesto la segunda amarilla y, en la primer parte, una no aplicación de la ley de la ventaja tras falta sobre Puche, quien antes de la entrada de Bodiger había conseguido dar un pase a Bermejo que dejaba al Real Zaragoza en clara superioridad ofensiva.