Para seguir la estela del playoff, no se puede negociar otro resultado en Santo Domingo que la victoria, porque por la ventana de invierno que se cierra el jueves sólo entra una brisa fría y el calendario volverá apretar con Sporting y Eibar
Después de desperdiciar contra el Eldense una bola del íntimo y ya angustioso partido que el Real Zaragoza juega para continuar creyendo que el playoff es posible, la aprovechó ante el Andorra. Este sábado vuelve a contar con otra oportunidad para pasar a una fase anímica de mayor nivel si gana al estupendo Alcorcón de Nafti (16.15), el mejor de los siete entrenadores que han acudido al rescate de equipos en apuros. No puede permitirse ni el empate en Santo Domingo si quiere seguir la estela de esa ilusión clasificatoria, porque las hojas del calendario van cayendo y los errores se clavan ya como puñales. Esa es la realidad: después de este compromiso tendrá ocho jornadas más, hasta la 32, para saber casi con total exactitud su destino final en este curso. ¿Por qué la 32? Porque la teoría de que en las diez últimas fechas se deciden las posiciones de ascenso y promoción tiene un alto porcentaje de leyenda: de las diez campañas anteriores, sólo nueve equipos lograron meterse en el grupo de los elegidos en ese tramo, entre ellos el conjunto aragonés. Por esa causa sólo tiene sentido un segundo triunfo consecutivo, algo que no ocurre desde hace cuatro meses, en el atracón mal digerido de las cinco victorias de verano.
El Alcorcón puede estar en manos de las musas y generar peligro en todas las suertes a balón parado. Tendrá la moral por las nubes después de abandonar el descenso a toda máquina y se tirará a la yugular del Real Zaragoza, pero el equipo de Julio Velázquez sólo puede plantearse este desplazamiento con los tres puntos como único objetivo. ¿Cómo lo hará? Al límite desde el saque inicial, por supuesto, superando en intensidad, en fútbol y si es posible en ocasiones a un adversario en racha. Si frente al Andorra la estrategia le sirvió y mucho, en este compromiso se antoja que la implicación y el carácter han de ser sus mejores herramientas porque los alfareros no van a proponer un partido al ralentí, todo lo contrario. Bajar la guardia, sestear o cometer fallos no forzados está prohibido. Tras esta cita asoman Sporting y Eibar. Más tarde, Espanyol y Valladolid. Esos encuentros hay que alcanzarlos fortalecido, con vigor y puntos. Y Santo Domingo es la primera estación donde llenar el depósito para esta ruta de máxima exigencia.
Del mercado de invierno sólo ha llegado Edgar Badía, una necesidad y un acierto. La ventana se cierra el jueves a las 23.59 horas con muchos nombres en la lista de Juan Carlos Cordero pero ninguno concretado hasta el momento. Se buscan un lateral izquierdo, un centrocampista de pulmón y, en mucha menor medida, un atacante, al menos con cierto rango goleador. El Real Zaragoza se encuentra en un cruce de caminos muy delicado en lo referente a su plantilla: no quiere reconocer el director deportivo que el castillo estival se la ha caído por completo y la propiedad tampoco se a va rascar los bolsillos para reforzar por segunda vez el vestuario. Se espera a Bakis, a que Azón mejore y los regresos de Valera y Cristian. Es decir, la único moneda que se gastará será para lanzarla al aire y esperar a que salga cara con lo que hay. No es suficiente salvo que el proyecto contemple pasar de largo sin agobios por este año y acometer una 12ª temporada en Segunda.
Julio Velázquez va a cambiar pocas cosas en Alcorcón. Todo es extraordinario, fantástico y los chicos están estupendos. El técnico salmantino ha fabricado ese dulce burbuja custodiada por su plan de tres centrales, algo que posiblemente no varíe en lo que resta de campeonato. En Santo Domingo, con la vuelta de Jair tendrá que elegir entre el portugués y Lluís López, notable ante el Andorra, para acompañar a Mouriño y Francés, intocables. Lo lógico es que continuara el catalán porque Jair atraviesa el momento más bajo de su trayectoria en el Real Zaragoza, pero ya se sabe que en ocasiones las jerarquías se anteponen a criterios razonables. La otra novedad estará en el centro del campo, donde es más que probable que Grau ocupe la baja por sanción de Toni Moya en sociedad con Aguado y Francho. Gámez volverá a disponer del carril derecho como lanzadera, y en la izquierda, Mollejo, sin descartar que Lecoeuche vuelva la once y el toledano siente a Azón, apunta a repetir de carrilero, labor que ejecutó con enorme disciplina ante el conjunto de Eder Sarabia. Mesa y Azón o Mollejo conformarán el ataque.
De regreso de Alcorcón, el equipo traerá algunas verdades como puños aunque las mentiras, algunas piadosas y otras orquestadas, le seguirán persiguiendo. Con la victoria se mantendrá en la lucha; sin ella, lo que queda de torneo sugiere un paseo insustancial hasta el ocaso pese a que antes de la medianoche del miércoles se consiga alguno de los futbolistas deseados en un bazar en el que las piezas en venta o cesión no disponen de capacidad suficiente para cambiar el destino por sí solos. Si ocurre algo fantástico tendrá que ser con la columna vertebral que hasta ahora ha acusado bastante raquitismo ofensivo.
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