El técnico contesta al ‘caso Soberón’ con un tono de elevada soberbia hacia la prensa, que al igual que la mayoría de los zaragocistas se preguntó por la causa de la ausencia del goleador ante el Sporting
La ausencia de Mario Soberón de la alineación fue el tema central del partido frente al Sporting. Nada más conocerse el once y durante y después del encuentro. Desde todos los frentes del zaragocismo, incluso lo más afines al técnico, se ha criticado que prescindiera del máximo goleador del equipo, una decisión que le pertenece y que fue muy desafortunada se mire a la hora que se mire, ajena por completo al reloj del oportunismo. En la rueda de prensa previa a la cita con el Racing, atacó la pregunta sobre el caso con la contestación muy preparada desde hace días. «No lo puse por los mismos motivos que cuando lo pongo de titular, ganar. Es un jugador más. He leído las declaraciones del jugador y ha dado una lección de maestría cuando tenía la oportunidad de generar mierda y meter lío. La prensa nunca le preguntáis a un futbolista por qué es titular sino por qué no ha jugado. Parto con la ventaja de que a mí no me condiciona absolutamente nada ni nadie. Ni el runrún externo ni qué me dirán si tomo una u otra decisión. Si sale bien nadie dice nada y sale mal estás expuesto a que surja la duda». La carga de soberbia ventajista calcinó la atmósfera y atentó con el sacrosanto derecho a opinar de quienes pagan parte de su nómina.
La arrogante sugerencia a la prensa para que dirija sus consultas en otra dirección y su aplauso a las declaraciones de Soberón «por no generar mierda ni meter lío», denota una soberana ignorancia del papel de la prensa, que no es otro que el de hilo conductor entre los aficionados y el club. Este defecto le viene a Víctor de fábrica porque desde su más tierna toma de contacto con el banquillo de La Romareda ha estado protegido primero por un grupúsculo de periodistas cobradores de favores y luego, sin duda, por una final, dos títulos y partidos inolvidables de la última gran generación de futbolistas del Real Zaragoza. Ese doble chaleco antibalas y su constantes referencias al fútbol espectáculo como si lo hubiese inventado hicieron que la gente le coronara para la eternidad. Un peldaño más que a los propios protagonistas del Parque de los Príncipes.
Los felices inicios de los noventa del siglo XX dieron paso a tres etapas más en las que regresó para ser campeón de Liga con Agapito Iglesias, empresa que acabó en Segunda con el equipo más caro de la historia, un despido con el cartel incumplido de ‘no volveré más’ colgado en la pechera de la dignidad y un par de vueltas al ruedo para intentar evitar el descenso y para recuperar el asiento en primera clase. Tras ser pandemia de la pandemia, ahora está de nuevo en el kilómetro cero, con el brillo de los trofeos alejándose de su figura pero con un similar encanto para el público en general y una jauría heredera de la de sus inicios escoltándole día y noche, bar y restaurante. Es un intocable, pero no tanto. Y la suplencia de Soberón lo ha confirmado.
Hay quien considera que no hablar bien de Víctor Fernández es ir contra el Real Zaragoza o el cobro de alguna venganza personal. No existe personaje deportivo en Aragón sobre el que haya llovido más cantidad de elogios y alabanzas que este peculiar entrenador que surgió de la nada por obra y gracia de José Ángel Zalba. «Ni que los haya merecido menos», dijo un capitán y mito del equipo meses antes de comenzar la carrera hacia la gloria en el verano de 1994. Este club y esta ciudad no le deben nada, lo contrario, y su deber es ser lo más profesional posible y cumplir con el objetivo del ascenso que se ha marcado él mismo como objetivo y recompensa cumbre de un ego que sobrepasa todos los límites.
El día que Soberón se puso ante el micrófono, un redactor de el Periódico de Aragón fue el único que preguntó al delantero qué le había parecido no salir de principio siendo el pichichi con cinco tantos en seis jornadas, a lo que el futbolista se remitió a la decisión de su entrenador. Las cloacas de las redes sociales y sus roedores anónimos se lanzaron a degüello sobre el periodista metemierda sin que su propio medio, el resto de la profesión ni la Asociación que la representa hayan salido en su defensa mientras los caniches de Víctor le acosan desde hace tiempo con una persecución deleznable.
El entrenador ha salpicado gasolina sobre ese hoguera en la que se pretende castigar al periodista por ser un profesional, por trasladar al futbolista las inquietudes o curiosidad del zaragocismo, que por lo tanto formaría parte también del supuesto afán metemierda que orbita alrededor de su estrellato. Todos los imperios y sus caudillos, los políticos y los económicos (más rápido los catetos) terminan cayendo tarde o temprano. Con mayor celeridad en el fútbol. Esperemos que este llegue a su fin con el ascenso a Primera. Es la dulce condena que habrá que pagar. Quizá también la de una estatua sin corazón en el corazón de la ciudad.
Veremos más situaciones como éstas. El venerado entrenador, supuesto salvador de las desgracias de nuestro Real Zaragoza (no solo es suyo) está nervioso. No debe ver clara la consecución del objetivo final. Y estamos comenzando octubre. Ahh, y el césped de La Romareda parece que no está en el estado correcto. Eso ¿De quién es responsabilidad? Chapeau por el artículo.
Bien explicado. Somos muchos los que nos preguntamos por qué la afición sólo se acuerda de la recopa pero no del descenso del 2006 ni de lo que pasó en la pandemia
No entiendo tanta suspicacia por parte de Víctor. Cada uno debe estar en su sitio y en el sueldo va, que cada profesional en el deporte y en la información haga su tarea y acepte las críticas, fundadas o no.
Soberon no salió de entrada frente al Gijon, pero fue recompensado con la prioridad en la alineación el autor de la victoria frente al Levante. Dón está el problema.
A Víctor no se le ha dado lo que pidió y, pese a eso, los resultados acompañan por ahora, aunque visto lo visto, no sé si nos durará mucho, dadas las desconexiones del equipo en todos los partidos jugados y durante muchas fases del juego.
Percibo mucha vehemencia en los juicios.
Una vez más, este periodista demuestra que a la mínima que pueda atizara a Víctor Fernández. No porque lo haga bien o mal, no por zaragocismo, sino porque Víctor es de la cuerda de sus rivales profesionales, es decir, por intereses personales. Una pena, hace tiempo que usted para mí no es creíble.
Siento informarle que hoy en día no tengo rivales profesionales, puesto que sólo escribo en este blog sin ánimo alguno de lucro, y que mi crítica siempre ha estado fundamentada. Un saludo
Con el debido respeto , opino sobre lo qe usted ha escrito re frente a. Victor. Fernandez
No creo porqe no lose , lo qe cobra Victor, pero igual me equivoco , no será una cifra excesiva, ni. En los años anteriores.
Estoy de acuerdo con usted , qe Soberon para mi , hasta la fecha es titular
Pero cada uno tenemos un equipo.
Reconozco bajo mi.modesta opinión qe Victor es algo cabezón
Pero tambien reconozco. Qe Victor ha hecho mucho.por la entidad, y no creo qe fuera por dinero , creo qe es por amor al club .
¿ Qe entrenador coge al eqipo, en las condiciones qe ha estado, sino es por una gran. Nómina
Aki en esta gran. Ciudad sabemos criticar alo de aki
Con todo respeto qe se merece la prensa de aki , nunca nos informa de cosas qe han sucedido serias bajo mi.opinion del club ( lo qe paso
En la pandemia , lo de aquel abogado tan bueno qe trajeron bajo nómina, el comportamiento de los qe gobiernan o han gobernado el club , con sus abonados e.t.c)
Ahora bajo mi.opinion y creo qe la de usted se equivoco Victor con lo de soberon
Pero por favor , no digo qe no se opine y se critiqe lo qe hace el entrenador o el equipo deportivo
Pero.pores cosas han pasado y pasan en el club y se ha callado
Con mi más qe absoluta agrado hacías usted , reciba mi más q cordial. Saludo
,
Muchas gracias por sus opiniones y su forma respetuosa de desarrollarlas.
Víctor ha llegado al equipo con una madurez de doble casco. Sabe que se juega mucho en una vuelta en la que le coge fuera de forma pero con una ilusión desorbitada. Quiere, como usted ha dicho, coronarse como una figura histórica de la ciudad. Para ello, tiene que jugar un papel de mucha personalidad dentro y fuera de vestuarios. No se le puede escapar nada y tiene que insuflar respeto, pese a que en muchos momentos pueda parecer soberbio.
Lo veremos más nervioso ya que en estos últimos partidos está viendo que le faltan esos tres refuerzos que pidió y no llegaron. El equipo se ha quedado estancado. Puede que Víctor también.
Es momento de estar todos tranquilos y que le prometan que aguante el equipo que el invierno llegarán más socorristas
Un abrazo
Amen.
Como nunca me ha gustado ni convencido Víctor Fernández, todo lo que diga podrá parecer influenciado por mis manías.
Pero tengo mucha curiosidad por saber a cuántos entrenadores que hemos visto desfilar por el banquillo del Real Zaragoza, se les concedió tanto como al actual.
Lamentablemente como bien apunta, nuestra condena es soportarlo porque significará que estamos arriba.