La retirada de Cristian Álvarez dejó un abismo sin cubrir en una categoría donde la mayoría de los equipos que ascienden de forma directa lo hacen con guardametas con años y experiencia
Se busca aún director general; se espera la firma de Gabi Fernández como entrenador. Sin duda y por ese orden, esas son las prioridades de un Real Zaragoza que se debate entre el deseo de una nueva revolución en la plantilla, la realidad contractual del vestuario y una política deportiva de la propiedad exenta de un patrón ambicioso. Una vez que el club haya cubierto esos cargos, habrá que atender el mapa de futbolistas que se desea que continúen, negociar salidas y presentarse en el mercado para configurar un equipo que aun conservando alguna pieza del pasado debería asemejarse en poco al que acaba de finalizar la temporada. Siempre, por supuesto, que el punto de mira esté puesto en las alturas y no en conservar la categoría como ha ocurrido en los últimos cinco cursos, tres de ellos bajo el paraguas de los actuales gestores. En esa nueva ruta hay que surcar múltiples caminos, pero hay uno que necesita especial atención por su singularidad y por los problemas que ha causado no dedicarle la trascendencia que corresponde: la portería.
Con todo por hacer y deshacer, con la defensa al completo en el ojo del huracán y el centro del campo y la delantera pendientes de varias y gruesas manos de pintura en la construcción y en la finalización por asociación y sobre todo por capacidad individual, el Real Zaragoza ha flojeado como nunca en su área, donde Poussin se ha lucido en la detención de penaltis sin terminar de ofrecer las garantías que se requiere para la posición que más caros cobra los errores. El francés cumple bajo los palos, marco en el que exhibe un interesante repertorio de reflejos, pero fuera del toldo provoca una considerable incertidumbre y con los pies tampoco es un lince. De Femenías poco o mucho se puede decir, casi todo malo no tanto por los errores que haya podido cometer como la cantidad de goles que ha recibido, 22, una barbaridad en los diez partidos en que ha participado de titular. Ambos, con 26 y 28 años, disponen de contrato hasta 2026, si bien se alejan del tipo de portero que desprenda absoluta confianza.
La despedida de Cristian Álvarez resultó inevitable porque el cuerpo le negó más prórrogas. A los 39 años se dirigió a sus compañeros para comunicarles que ponía fin a su carrera en la cancha. Aun pensaba, y por ello peleó, que a esa edad el fútbol le tenía reservada alguna alegría. Tenía sus razones para creerlo mientras sus músculos le zancadilleaban a cada intento de regreso. Tras siete años y medio, 236 partidos, un gol al Lugo y el cataclismo que se produjo en su última temporada, campaña en la que hubo que contratar a Edgar Badía después de que Rebollo no convenciera como relevo del argentino y Poussin se inmolara en Liga y Copa, se abrió un abismo que hoy en día permanece abierto. Cristian bajó de la montaña y abandonó el retiro con 32 años. Llamaron a su puerta y la abrió de par en par en dirección a La Romareda. Con el equipo aragonés disputó dos playoffs de ascenso y en cuatro ocasiones fue el héroe de la salvación. Maduro, experimentado, con una personalidad arrebatadora… Esta categoría establece casi por decreto que todo club que quiera implicarse en algo importante ha de tener en nómina un viejo rockero con guantes en las manos.
Quizás el Real Zaragoza debería empezar por ese capítulo en cuanto su maquinaria se ponga en marcha. Hay suficientes ejemplos que se lo recomiendan al margen de cuál sea su destino final, sobre todo si de principio se plantea que sea lo más cerca posible de la cumbre. Poussin puede que dé para ser un buen secundario, no para fijo en las alineaciones. El Levante y el Elche han subido a Primera como campeón y subcampeón con Andrés Fernández, 38 años, y Dituro, 37 años y Trofeo Zamora, como guardianes. En las últimas doce temporadas, ascendieron por la vía directa el Valladolid con Masip (34), el Almería con Fernando (31), el Valladolid con Masip (32), el Espanyol con Diego López (39), el Mallorca con Manolo Reina (35), el Cádiz con Cifuentes (40), Osasuna con Rubén (34), el Rayo con Alberto (34), el Girona con René (33), el Sporting con Cuéllar (30) y el Deportivo con Lux (31). En los porteros hay mucha vida más allá de la treintena, y muchas respuestas para los equipos que viven entre constantes interrogantes en una posición de locos .
Al margen de la edad que pueda tener un portero. El Zaragoza necesita un buen portero. Poussini no me parece un mal portero. Consideremos que con una defensa como la sufrida esta temporada no hay portero que lo resista.
Cristian queda bien como mito