La compraventa inminente por fin va a producirse. Lo confirmó quien tenía que hacerlo, César Alierta, en esta misma web. «Hemos llegado a un acuerdo con el grupo americano», dijo a Príncipes de París unas horas después de que el Grupo Orlegi se despidiera en el fondo de un comunicado de la opción de hacerse con el Real Zaragoza. Faltan algunos detalles en nada baladís para la firma, si bien Jorge Mas Santos y el tejido financiero que lidera ha sido el elegido en contra de las simpatías que habían despertado los mexicanos. Pero money is money, y si en ese capital se incluye el pago de las acciones a la propiedad saliente, miel sobre hojuelas para los títulos de una empresa en quiebra cuyo valor es cero. Según dijo Fernando de Yarza en Cope Zaragoza, donde dejó caer algunas trolas como una elección consensuada que iba a producirse en horas y la perfecta comunión que siempre había habido en el consejo en este proceso de salida, el ciclo de los salvadores había llegado a su fin y todos se marcharían por la misma puerta y el mismo día sin aquel pelotazo soñado tras recibir la entidad por un euro en 2014. Las palabras del consejero, sin embargo, no transmiten un crédito absoluto. Las previsiones son que no quede ni el apuntador en el club en cuanto el fondo de inversión aterrice y se presente en la terminal de Zaragoza con esos rostros que, casualidad, han aparecido en Heraldo de Aragón, para empezar buque insignia informativo de los estadounidenses. ¿Será el de Yarza y familia un último servicio a la comunidad?
Se van a ir del escaparate, también Juan Forcén, porque otro mensaje sería incomprensible. Pero siendo ellos los padres de la criatura, los que se han ocupado y preocupado de que los americanos quieran hacer negocio y relanzar un SAD muy quebrada, será difícil despejar la incógnita sobre si ha habido una negociación colateral para que ambos tengan algún tipo de propina, una mesa con lámpara y sombras en la trastienda. Por el momento Yarza se la cobra con la exclusividad de las noticias que genera el proceso, una anticipo en nada inocente. El séptimo de caballería de Jorge Mas se ajusta al modelo de negocio de los grandes fondos de inversión, que acuden a los funerales con un sofisticado desfibrilador y un equipo financieros expertos en resucitar el cadáver si es el caso, que lo es. El Real Zaragoza no está para elegir y queda por saber hasta qué punto será una pasarela de jugadores y si con esa fórmula común en ese mapa de fronteras abiertas conseguirá reponerse económica y deportivamente. Existen buenos y malos ejemplos, y es todavía muy prematuro emitir un juicio sin pruebas. En cualquier caso, si el giro radical es completo, el zaragocismo, que lo reclamaba a grito de garganta y de alma se sentirá de principio como el reo liberado después de ocho años de condena por un crimen que cometieron otros: aún dolido por ese encierro propio y del club en la misma celda pero con la ilusión de un tiempo al menos diferente, trufado de promesas para volver de nuevo a casa y que todo esté en su sitio para disfrutarlo: la identidad, la grandeza, el fútbol, las tardes de victorias…
El romanticismo no cotiza en este comercio en que se ha convertido el fútbol y donde el Real Zaragoza se ha perdido en la niebla de administraciones terribles. No dejará de ser una herramienta de otros, pero se supone que ganará músculo competitivo con una inyección de nombres y hombres con experiencia en este universo que deberían incluir en la arquitectura humana a personajes que conozcan la idiosincrasia de la institución y que si tienen algo que ver con el pasado, que en su currículum esté encabezado por la integridad. Por eso es innegociable que se vacíen todos los despachos y que se abran las ventanas para limpiar el aire de personajes ególatras que para quejarse de su rechazo a una propuesta de compraventa se ausenten de una junta de accionistas en lugar de tratar sus desacuerdos dentro de la intimidad del consejo. Cuesta creer que Yarza y Forcén no hayan forjado un vínculo invisible a primera vista. ¿Hasta cuándo?
Enhorabuena por el articulo,tenia ganas de leer algo de veracidad sobre el tema de la venta.