El delantero se estrenó de titular con el primer equipo en Anduva sin aclararse si fue como premio a su excelente actuación en Cartagena o como avanzadilla al debut de Adu Ares
En el descanso del partido de Anduva, Pau Sans se quedó en el vestuario. Había debutado con el primer equipo, una decisión del entrenador que sorprendió no porque no mereciera el futbolista esa oportunidad inicial, sino porque sacaba del once a Bermejo, con quien se contaba de principio teniendo en cuenta que Víctor Fernández suele tocar poco o nada lo que le funciona. El chico estuvo en el campo 45 minutos en los que el Real Zaragoza careció de ideas y de capacidad ofensiva. Peleó, se encaró y picó a los espacios para domesticar algunos guijarros que le enviaron sobre todo Calero y Lluís López para desembarazarse de la constante y eficaz presión del Mirandés. Estuvo al mismo nivel bajo que el resto de sus compañeros. El técnico le quitó e hizo lo mismo con Soberón para dar entrada a Azón y Adu Ares. Buscaba otro tipo de configuración ofensiva y su intento de refrescarla es comprensible. No así que si optas por aventurarte por dar la alternativa a un jugador sea a tiempo parcial, porque en ese contexto de mala respuesta general podía haber elegido a otro compañero, por ejemplo a un Bazdar inédito.
Este tipo de detalles que parecen menores suelen quedarse en el tintero de lo anecdótico. Aun así conviene sacarlos a la luz porque tienen más punta de lo que parece. ¿Fue premiado por su excelente actuación en Cartagena o se le utilizó como avanzadilla al debut de Adu Ares? Será imposible demostrarlo, por supuesto bajo el mantra de que el entrenador es un ser intocable y nadie mejor que él para hacer y deshacer por el bien de la comunidad zaragocista. Sin embargo, este deporte es tan popular precisamente por su infinita capacidad de generar opiniones muy respetables y en muchos casos argumentadas provengan de donde provengan, de una tertulia informal o de la sala del big data. No hay clase social en ese abanico de criterios que conviven en un marco democrático donde la universalidad golea a la especialización. Pau Sans ha evolucionado lo suficiente para ser titular cada jornada o al menos para estar cerca de ella. Sin duda por encima de un Bermejo agotador al que adelanta por todos los carriles. Tiene clase, proyección como realidad presente y promete relacionarse más con el gol. De los de arriba, sólo Adrián Liso apunta mejores maneras mientras Ares confirme su fama o Bazdar salga del cascarón por completo.
La apuesta por la cantera (¿dónde está el estupendo Pablo Cortés?) no deja de ser un brindis al sol en este club que sólo acude a la academia cuando no hay un euro en las arcas o se agolpan las ausencias. Víctor Fernández hizo debutar también a Alejandro Francés en Lugo, de lateral derecho, porque se le habían caído Guitián y Delmás. A la siguiente jornada, con un 0-1 en La Romareda frente al Almería al término de la primera mitad, le indicó el camino de la ducha con un cartel al cuello. Enrique Clemente también tuvo la fortuna de estrenarse bajo la bendición del técnico aragonés en la temporada de la pandemia con un rendimiento sobresaliente, hasta que fue enviado a cocheras para dejar su posición al desmañado Atienza. A Adrián Liso sí lo descubrió en la gran depresión goleadora de Bakis, Sergi Enrich y Manu Vallejo. Se inició en el once en Anduva y cuatro partidos después, en Huesca, se hizo un espacio fijo en la alineación. Yo hice debutar a Pau Sans adorna la semana previa al primer encuentro en casa contra el Elche. A lo mejor es cierto y se le ofrece la continuidad, que es lo que realmente certifica la confianza cierta en un futbolista que va como un tiro con cara de niño y una cantidad considerable de talento.