La singularidad de Giuliano reside en su furiosa autonomía, generadora de siete goles para los que apenas ha necesitado media asistencia
No es un ariete demoledor ni un delantero casual desde la mediapunta. Tampoco disfruta de un juego aéreo destacado ni domestica el balón con una habilidad especial. Ni fuerte ni alto, a Giuliano, sin embargo, se le ve más que a nadie en el campo porque en dosis pequeñas pero explosivas posee de casi todo sobre un par de virtudes capitales en su fútbol canchero: velocidad y voracidad. La rapidez es su combustible, un don que le permite espectaculares esprints a campo abierto y, quizás lo más valioso de su repertorio, reacciones electrizantes, enchufado a un invisible y contagioso generador de ambiciones. Se gana el pan en territorio salvaje, nada de puestos de observación sobre los que cazar con mira telescópica en un coto reservado. Indómito y generoso, la afición le estima por igual en sus crisis goleadoras o finalizadoras que en episodios de más lucidez realizadora porque valora por encima de cualquier cosa su rebeldía contra la rendición.
No es un crack ni lo pretende. Ni por su forma de jugar ni por carácter, pero su estrellita es una constelación para este Real Zaragoza de pocas luces. Frente al Leganés concentró en la apertura del marcador lo mejor de su surtido: aceleración, atrevimiento, ímpetu, pacto con el rebote y lo aderezó con un envoltorio de máxima calidad para abrirse paso por las cavernas y definir con un toque caramelizado mientras varios porteros de discotecas ardían sobre su reguero de fuego. No necesitó a nadie. Porque la singularidad del Cholito, un atacante que acaba de llegar al profesionalismo, es su autonomía para crear ocasiones y para materializarlas, para cabalgar audaz sobre las crines de la ubicuidad en el área. De los siete tantos que ha conseguido, tan sólo en el segundo contra el Huesca contó con un medio pase de Zapater.
La otra media docena de aciertos han sido cosa de su olfato, de un instinto innato para averiguar donde caerá la pelota venga loca o cuerda y de sus aventuras lunáticas de elegante delantero, al igual que hizo en Ponferrada con una vaselina sobre el central, control con el muslo e inmisericorde zurdazo, o en de Butarque, un lanzamiento directo de Cristian que ganó por picardía al central para rematar a Riesgo por dos veces. Categoría. El argentino ha ofrecido tres asistencias pero no ha recibido ninguna, o al menos no las ha convertido. Este mismo domingo, después de la maravilla que se sacó de la chistera, quemó la banda derecha a la contra, buscó sin acierto a Puche y el despeje le vino mientras se levantaba del suelo. Otro se hubiera dado por satisfecho o por agotado, pero eligió enfrentarse a Sergio González, Omeruo y Riesgo para provocar un penalti por mano. Simeone, con todos ustedes.
Se estrenó con el Lugo, con unos cuantos gatos enredados en el despeje y el remate del ovillo, con él mismo por los suelos lanzando zarpazos al aire. Se incorporó y con la pelota aún sin dueño metió el interior del pie para resolver el jeroglífico. El doblete de El Toralín y el 1-1 ante el Málaga en casa llevaron el mismo sello del que hizo al Huesca, movimientos de ingenio hacia el segundo palo, a zonas muertas de pesca furtiva, para recoger la lluvia de un balón peinado por cabezas amigas o enemigas. Giuliano se lo guisa y se lo come. Aun así no es egoísta este delantero fuerte y alto por dentro que cautiva por la tenacidad de quien quiere ganarlo todo por fuera y que se sabe en el primer curso universitario.
GIULIANO SIMEONE, el CHOLITO , cariñoso le viene de su padre que es el CHOLO SIMEONE, ex-jugador de fútbol y hoy actualmentente entrenador del At. De Madrid .
Su hijo GIULIANO, debuta este año en la segunda división cedido a nuestro REAL Zaragoza por su club de origen el At. De Madrid, pues este chico con 20 años, se ha ganado a pulso a la afición blanquilla, por sus goles, máximo goleador zaragocista 7 goles, con tres asistencias de goles se ha ganado al público, no sólo por eso, sino por su entrega, su no dar un balón por perdido y que suda la camiseta hasta el último momento y eso el público de LA ROMAREDA, LO VALORA y lo lleva a efecto y por eso a GIULIANO SIMEONE EL CHOLITO, es ya un ídolo para los ZARAGOCISTAS .