El capitán es consciente de que las dificultades para dar caza a la sexta plaza, a la que aspiran Real Zaragoza y Huesca, exige una recta final de campeonato perfecta. Los dos equipos se encuentran en un camino que sólo admite una única dirección, la victoria. «Si queremos soñar, hay que ganar en Huesca». Así resume Alberto Zapater el significado de este partido de rivalidad y también el resto «porque no tenemos margen para el error. Quedan pocas jornadas. Los jugadores no queremos hablar de finales, pero las venimos jugando desde agosto. Sin duda es una cita especial porque enfrenta a los dos equipos de la Comunidad».
El centrocampista contempla el choque «muy igualado. Ellos están bien ahora después de haber pasado por una mala racha cambio de entrenador incluido, y sus expectativas son las de subir. Nosotros vamos a ir a por todo porque mientras las matemáticas no digan lo contrario, seguiremos luchando». Un resultado negativo no descabalgará a ninguno aunque lo parezca, al menos para el futbolista de Ejea. «El equipo que venza saldrá muy reforzado, pero no será el fin de nada. El futbol demuestra que todo puede cambiar en dos o tres semanas y en nuestro caso ya hemos demostrado que podemos competir contra cualquiera».
«Sabemos que la gente está ilusionada con nosotros y vamos a intentar soñar hasta el final», repite Zapater, quien vuelve a subrayar que «no dependemos de nosotros, pero si sacamos adelante nuestros partidos…». Este duelo tiene connotaciones particulares por proximidad territorial y por la tensión y emoción que se viven últimamente. «Yo tengo muchos amigos en Huesca y me tratan muy bien. Ojalá estuviésemos los dos clubs en Primera división. Es verdad que existe rivalidad y en este caso aumentada por los dos nos vamos a jugar mucho».
Sobre su estado de forma, cuya mejoría se notó especialmente contra el Girona, Zapater dice: «Ho hay secreto, yo me conozco… Venía de tres meses sin jugar y afortunadamente he tenido continuidad. Cada vez me he ido encontrando mejor y el otro día disfruté a nivel personal y por el equipo, por el triunfo. No puedes parar ni en verano, y menos a mi edad. Tienes que jugar y rendir».