En el caso de que Fran Escribá decida contar de principio con los cuatro en el encuentro de mañana lunes frente a la Ponferradina (21.00), algo que ya tiene decidido a falta de confirmación, saltará al campo la alineación más valiente de la temporada, una combinación que hasta la fecha no se había producido y que muestra un talante firmemente ofensivo para conseguir una victoria que permita al Real Zaragoza volver a la zona tibia de la clasificación, a siete puntos de los puestos de descenso. Ivan Azón y Giuliano, algo que le pedía el cuerpo, serán fijos en el once, mientras que Mollejo, que en ausencia del canterano o del argentino ha ocupado posición de delantero, sería desplazado a la banda izquierda, un ecosistema que le es familiar. Ese tridente sólo ha coincidido una vez, en Santander, donde el conjunto aragonés, aún con Juan Carlos Carcedo en el banquillo, cayó derrotado tras jugar toda la segunda parte con uno menos por la expulsión por doble amonestación de Simeone al límite del descanso.
Lo que haría especial y novedoso el once, además del reencuentro de tres futbolistas que suman 10 goles, es la posible inclusión en la línea de fuego de Sergio Bermejo, quien está ya al cien por cien para añadirse a esa brigada de jugadores con vocación frontal. Escribá no ha disimulado la satisfacción que le produce la vuelta de quien considera que da algo distinto y diferencial al equipo. Aunque la política del técnico es no acelerar con los futbolistas que han podido perder ritmo competitivo tras las lesiones y su puesta a punto, la reaparición de Bermejo tiene pinta de certificarse en este compromiso. Además solventaría parte del problema que se ha generado en la banda derecha con la lesión de Gámez, con Larrazabal y Luna como candidatos a un lateral derecho que chirría con el vasco y que podría impulsar el debut definitivo del canterano, con más cualidades defensivas que su compañero y menos invasivo del terreno por el que circula Bermejo.
Cristian, Larrazabal o Luna, Francés, Lluís López, Fuentes, Grau, Francho, Bermejo, Mollejo, Giuliano y Azón. De confirmarse esta formación inicial que afecta a todas las líneas por las bajas de Gámez, Jair, Nieto, Alarcón y Vada, Escribá, que no peca precisamente de conservador, conseguiría el equilibrio que necesita con una decidida apuesta audaz pero no exenta de lógica para acometer el asalto a un rival que ha ganado en homogeneidad defensiva y que exigirá una constante percusión para rendirse. Un adversario ahora mismo directo que sabe que daría un gran paso si vence o al menos no pierde en La Romareda. Empapar la punta de la flecha con todo el veneno posible puede ser la innovación para evitar la involución.
Con una actitud ofensiva y una seguridad defensiva, esta alineación que dará muchas alegrías.
Concentración en el objetivo los 100 minutos.