La ambición se llama Marc Aguado

Para quedarse: «Desde que Juan Carlos Cordero me comunicó que contaba conmigo se cumplió el sueño de todo niño formado en la Ciudad Deportiva. Ahora toca disfrutarlo, para ser uno más aquí y formar parte de un plantilla y un equipo buenos y conseguir los objetivos que proponga el club».

Aún por aportar: «Aún no se ha visto el mejor Marc Aguado porque no he alcanzado mi techo. Tengo que seguir creciendo y ampliando el repertorio y estar en el Real Zaragoza me ofrece una gran oportunidad para seguir en ese aprendizaje profesional».

Juego diferente: «Está claro que el modelo del Andorra y el Real Zaragoza no tiene mucho que ver pero si un jugador quiere ser el mejor en su posición como yo persigo, tiene que adaptarse al modelo que corresponda. Escribá habló conmigo hace un par de semanas y me dijo que estuviera tranquilo, que confiaba mucho en mis cualidades y la verdad es que me estoy encontrando muy bien».

El tiempo de las cesiones: «Sí es cierto que cuando salí la primera vez hacia el Andorra veía muy lejos llegar al primer equipo. Entonces perdí un poco la ilusión del fútbol, pero desde que llegó Eder Sarabia me hizo ver que tenía que luchar por todo lo que quería y lo he logrado».

Evolución: «Soy un jugador más hecho, he madurado mucho, he perfeccionado mi juego posicional y he ganado experiencia, que es muy importante para esta categoría».

Futbolista importante: «No creo que tenga más exigencia que el resto, pero es verdad que soy un jugador muy ambicioso. Todos los años que he estado en el Andorra hemos tenido un objetivo que lo hemos cumplido. Desde que llegué les dije a Escribá y a Generelo que se entrenara y jugara al máximo y que estuviera quien estuviera en el equipo se saliera a ganar cada partido».

Bakis: «Estuvo tres cuatro días que me bloqueó por WhatsApp (bromea para señalar cómo insistió al delantero para que fichara). Es un tipo de jugador que le viene perfecto al Real Zaragoza porque aguanta muy bien el balón de espaldas, se asocia muy bien, tiene mucha calidad aunque estéticamente no lo parezca. Luego tiene un golpeo muy violento.  Se trata del típico futbolista que enamora a La Romareda. Se verá en un par de partidos».

La saga: «Lo llevo con mucha familiaridad».

El ascenso: «Lo más importante es lograr formar una familia porque esto es muy largo y los partidos se deciden en detalles. Lo que tenga que llegar ya llegará».

El regreso: «Estoy tranquilo y tengo ganas que llegue ese día, pero he aprendido muy bien a manejar la presión. El año pasado estuve a punto de hacer la pretemporada, pero entendía que debía jugar con el Andorra en su primera experiencia en el fútbol profesional. Ahora pienso que ya merecía estar aquí».

Eder Sarabia y la selección: «Cualquier futbolista trabaja para llegar a lo más alto. No me cierro ninguna puerta para algún día poder lograrlo».

 

 

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