Visús: «Si hubiese salido el proyecto del crowdfunding, estaríamos en Primera»

El 17 de junio de 2013, apenas un mes después del último descenso a Segunda, el prestigioso abogado aragonés José Antonio Visús presentó en público una iniciativa para conseguir devolver al Real Zaragoza a su gente, a sus socios. Utilizó una plataforma, el crowdfunding, para que los aficionados hicieran la aportación que consideraran oportuna con el objetivo de ofrecer dos millones de euros a Agapito Iglesias por la totalidad de sus acciones. Ni un céntimo más. Veinte días después, se alcanzó la cifra de 300.000 euros, lo que imposibilitó siquiera llevar la propuesta al empresario soriano. Tenía aquel proyecto un indudable perfume a romanticismo en una atmósfera irrespirable que solicitaba un cambio que, al final, se produjo con la llegada de la Fundación un año después. Visús reunió en su equipo a profesionales cualificados y zaragocistas. Sentó en la misma mesa, entre otros, a Ramón Lozano, Ángel Espinosa, José Luis Arjol (el eje de la actual y floreciente cantera zaragocista), Xavi Aguado como figura relevante y legendaria del club, Juan Carlos Bernad, Javier Segarra y al periodista Javier Hernández. No pudo ser, pero nadie murió en el intento. Muy al contrario, su apuesta sincera sigue viva. «En la calle me sigo encontrando el reconocimiento de la gente. Me sorprenden por su cariño y al descubrir que muchos de ellos habían hecho reserva de acciones. Con el paso de los años noto el respeto del zaragocismo, de las peñas», relata Visús. Recuerda con emoción que un aficionado le regaló un escudo de alabastro del Real Zaragoza que preside su despacho, Ilex Abogados.

En pleno proceso de mudanza accionarial, pausado porque la parte compradora está, supuestamente, revisando algunos detalles de la transación, aquel movimiento de profundas semillas emocionales recupera vigencia aunque carezca de paralelismos con los intereses que guían el relevo en el club. Coinciden el delicado momento económico, el agotamiento de la afición, la necesidad imperiosa de un giro hacia un futuro deportivo más ambicioso. José Antonio Visús defiende una teoría sobre el propósito que lideró hace ocho años: «Si hubiese salido adelante el proyecto del crowdfunding, estaríamos ya en Primera». Lo argumenta con un buen ramilletes de porqués que admiten poca o ninguna contestación: «Hubiésemos dado continuidad a un plan, algo que no se ha producido con la Fundación durante una etapa de constante agitación en el banquillo y en la plantilla. Contábamos con unos grandes profesionales más los que teníamos contactados, los mejores, y el club hubiera estado en manos del socio. Tenemos los ejemplos de la gestión de la Real Sociedad o el Granada, equipos cuyo mensaje ha perdurado con trabajo y paciencia…». De esa obra incompleta le queda «un sabor agridulce. Quizás no lo supe transmitir con claridad, no sé, y hubo algún medio de comunicación que no me ayudó en nada. Sin embargo, esa espléndida experiencia me enseñó la tremenda fuerza que tiene el zaragocismo, algo que esté quien esté ha de respetarlo». Su sello de honradez y humanidad, su lectura nítida de la verdad, le lleva a descartar una fórmula que hoy en día no tendría sentido. «La situación económica de las familias con la pandemia y sus consecuencias no está ya para estas iniciativas», admite.

Zaragocista incombustible, se ha instalado en un perfil de observador, también sobre los acontecimientos que se están sucediendo y que mantienen al club en un constante estado de incertidumbre, a la espera de un desembarco de capital que podría cambiar por completo la fisonomía y la filosofía del Real Zaragoza pero que no termina de producirse. Como miembro del Consejo de Administración de la primera red despachos de abogados en España HISPAJURIS, una firma que aglutina a más de 600 personas que asesoran a clubes de Primera y Segunda, descubre que hubo dos acercamientos internacionales hacia la situación del equipo aragonés. «Uno árabe, que venía muy fuerte, y otro americano, pero en cuanto recibieron el primer informe de la situación financiera detectaron que no había negocio. Los grupos de inversión buscan ganar dinero, que nadie se equivoque. No existe ni un gramo de sentimentalismo, de proximidad, por eso siempre he sido partidario de que el dinero esté vinculado a la ciudad, a inversores relacionados a esta tierra. El fútbol no es una empresa al uso, es otra cosa».

Xavi Aguado, Ramón Lozano y Juan Carlos Bernad.

Todo parece enfocado para que ese capital proceda del exterior, con una buena porción de sello mexicano. No obstante, en las últimas horas se ha producido un paréntesis que podría extenderse hasta el mes de julio para formalizar un acuerdo oficial de compraventa. «No dispongo de una gran información, pero lo de hora me suena un poco raro. Una sociedad limitada con unos hermanos asturianos que no disponen de una notable fortuna… No sé, pero si vienen no será con un espíritu humanitario». La Fundación 2032, de origen aragonés al cien por cien, ha quemado ocho naves en el intento de, a su manera, devolver al Real Zaragoza a la élite. Para Visús, «salvaron al Real Zaragoza y han hecho un buena gestión empresarial, como no puede ser de otra manera, como lo hubiese hecho cualquier empresario correcto». El letrado reconoce que «se ha puesto en orden una entidad que estaba destrozada por la nefasta administración de Agapito y de quienes le pusieron», pero puntualiza que el ciclo de la actual propiedad ha terminado «porque se ha fracasado en la parcela deportiva. Se han ocupado demasiado de cuadrar cuentas con los abonos y la venta de los canteranos. Al no existir una mínima inversión, ha sido imposible dar el salto de calidad requerido para volver a Primera. Sin un proyecto reconocible ni la paciencia necesaria ni la capacidad de mantener a un entrenador que diese continuidad al equipo, el resultado salta a la vista. Se salva la temporada y punto. Ahora bien, si no viene alguien, tendrán que seguir».

Spain Football Capital está estudiando algunos flecos de una operación qeu sufre un retraso inquietante. «No veo tampoco lo de los flecos», subraya Visús. «Si vienes con interés y tienes dinero, un pago de un millón o dos de más no son el problema. Cuando un grupo se presenta con la intención de invertir acude con sus auditorías y a comprar sí o sí. Lo principal es el acuerdo entre las partes. Luego al CSD y la LFP son posteriores pasos administrativos». No hay lugar entonces para la poesía que un día propuso. «Ya no. Me hubiese gustado que en el Real Zaragoza, como en el Madrid o el Athletic, los socios fueran los dueños. Lamentablemente no puede ser»