Quizás pudo hacer algo más en los dos goles del Al Nassr. Seguro que en alguno de los tres que le marcó el Nástic no tomó las decisiones adecuadas. La cuestión es que hace mucho tiempo que el guardameta, en gran parte por estado de gracia de Cristian y no en menor medida por su encogimiento cuando ha tenido que hacerse cargo del puesto, ha pasado de ser el segundo a convertirse en un parche poco o nada fiable. Que apareciera de titular con los saudíes y que Dani Rebollo no tuviera un solo minuto resulta de complicada comprensión, pero Juan Carlos Carcedo, por el momento, parece dispuesto a mantener que necesita a los tres. No le hace favor ninguno al arquero gallego ni al equipo porque Ratón, y se le nota en el semblante, transmite sufrimiento e inseguridad a sus compañeros.
No ha habido oportunidad de comprobar las virtudes de Rebollo porque cuando ha jugado, los rivales apenas le han exigido intervenciones para la memoria. En cualquier caso, es un profesional más metido en su papel que Ratón, lo que debería ser suficiente aval para confirmarle como escudero de Cristian y repartir lo que resta de pretemporada entre ambos. El prorrateo de oportunidades que está haciendo el técnico es un sinsentido y tendrá que revisarlo cuanto antes no porque su propósito de contar tres porteros carezca de lógica, sino porque Álvaro Ratón ni está ni se le espera. Y Cristian, aunque lo parezca, no es eterno.
Que siga Ratón en el Zaragoza, ni es bueno para el Zaragoza ni es bueno para Ratón