El Real Zaragoza juega en dos frentes este fin de semana pendiente de una ventana que no logra ni parece saber o querer abrir como debe para otra aventura en la segunda vuelta que no sea la del desafecto
Desde que se abrió el mercado de enero, el Real Zaragoza ha sumado cuatro puntos de nueve, tres de ellos gracias a la colaboración especial del único fichaje que ha realizado hasta ahora para reforzarse, el mediocentro defensivo Kervin Arriaga. Instalado en la tierra media de la clasificación pero a años luz de la galaxia de los aspirantes a los dos tipos de ascenso, cada jornada supone un reto mayúsculo para intentar acortar distancias con un objetivo que publicitó en su inicio de campaña y que cada día desentraña otra mentira más. El equipo de Miguel Ángel Ramírez, que ha acorazado a los jugadores para ese misión quimérica, tiene que ganar al Cádiz este domingo (18.30). Pero no sólo a los gaditanos, sino a todos los rivales que le vayan saliendo por el camino durante lo que resta de campeonato. No es una cuestión sólo del técnico conservar la remota esperanza, sino de una propiedad y una dirección deportiva que parecen no saber o querer concretar las operaciones necesarias para acometer otra aventura en la segunda vuelta que no sea la del desafecto. A dos días, el próximo lunes, de que se consuma el tiempo para fichar y afrontar el estropicio de verano, un amplio abanico de negociaciones están abiertas y alguna podría suceder en las próximas horas, pero la percepción es que, como mucho, se rellenará el expediente sin demasiadas ambiciones.
Juan Carlos Cordero aseguró al completar la plantilla de este curso que habían quedado cosas por hacer y que en la hucha había saldo suficiente para barnizarla en enero. Se necesitaban centrales, un mediocentro, extremos y quizás un delantero. La competición ha certificado lo ruinoso de esa gestión estival cuando subir estaba en boca de todos y sigue aún soldada a los labios del director general y del presidente. Ramírez brindó con el optimismo que para este encuentro podría llegar un futbolista más. Aún hay tiempo para esa inscripción, en concreto hasta minutos antes del partido, si bien es más que probable que tenga que conformarse sólo con Arriaga y con el sistema de cinco defensas, las grandes novedades en el último mes para un Real Zaragoza que necesita arreglarse toda la dentadura y que parece contar con el capital justo para tres empastes. La urgencia ha aumentado después de que la lesión conocida pero no reconocida médicamente de Iván Azón haya dejado la delantera hecha unos zorros, con Bazdar y Liso o Pau Sans como únicas alternativas ofensivas, puesto que de Marí se quiere saber poco o nada. En defensa, la paradoja es delirante: la ausencia por sanción de Lluís López será cubierta por Jair, compañero de Vital y Clemente a quien agarrarse porque no ha habido forma de desprenderse del portugués. Una línea que para esta ocasión también pierde a Luna por problemas en el sóleo.
A los tres puntos, innegociables porque otro resultado reventaría cualquier expectativa que no sea dejar pasar la temporada, se debe sumar una diligencia máxima de Cordero en las entradas y las salidas, contra el reloj, una estrategia que no suele ser aconsejable. La mayoría de los equipos de Segunda, por no decir todos, ya han incorporado más jugadores que el Real Zaragoza en este bazar. Stoichkov marcó ayer en la victoria del Granada a pase de Rebbach y el deseado Nico Serrano ha asistido a Dotor en el triunfo del Sporting… Aquí está Arriaga para tirar del tractor en solitario, de nuevo con Bare y Moya, repitiendo el ejercicio militar de Málaga sin necesidad de atender a la posesión sino a la presión y a la eficacia. Contra un Cádiz que suma seis jornadas consecutivas sin perder, justo desde que Gaizka Garitano relevó a Paco López, y que también sueña con una reacción memorable, en principio para asaltar La Romareda, un estadio donde los locales son muy vulnerables. A muerte contra el conjunto andaluz, a muerte en el mercado. Si no se sale con dos vidas de este reto, la medianoche del lunes puede haber un aquelarre con el proyecto y alguno de sus promotores en la hoguera.
El mercado, más bien rastrillo.
Retales y restos de serie.
El ascenso, sí; pero no dijeron para cuándo.
Ganar al Cádiz hoy. Por qué no? un cincuenta por ciento de posibilidades, una vez más la mayor incertidumbre, en uno de los primeros desafíos que marcarán el rumbo definitivo de la segunda vuelta y el proyecto.
Sólo una advertencia para el partido de hoy, he visto los últimos partidos del Cádiz y puedo decirlo: Cuidado con Ontiveros, jugador diferencial, con unas características técnicas suficientes para volver loca a toda nuestra defensa.