A rey muerto, Sanllehí puesto

El director general, protagonista en la presentación de Escribá, considera que no ha fracasado con Torrecilla y Carcedo sino que los cambios están motivados por las circunstancias

El director general del Real Zaragoza, fue la gran estrella de la presentación del nuevo entrenador, Fran Escribá. Raúl Sanllehí ofreció, antes y después de la puesta del largo del técnico valenciano, su particular visión de la profunda crisis que está atravesando el equipo y que se consumó el domingo con la desvinculación contractual de Miguel Torrecilla y Juan Carlos Carcedo, sus dos apuestas muy personales el pasado verano. El ejecutivo se extendió con amplitud por el mapa de las explicaciones y decisiones, tocando todas las teclas sonara mejor o peor el piano de sus interpretaciones. Elogió hasta el empalago, cómo no, a Escribá; defendió que este es un proyecto de ascenso puntualizando que desconoce el tiempo que necesita; confirmó por enésima vez la seriedad del grupo inversor y su implicación a largo plazo, y dijo que no considera que haya fracasado con este giro de los acontecimientos, sino que todo ha sido motivo de las circunstancias. Y en su extenso y amable discurso intercaló esta consigna: «A rey muerto, viva el rey. Fran Escribá es nuestro nuevo comandante. Bienvenido».

Sin embargo, el auténtico trono del Real Zaragoza le pertenece aunque insista que el consejo de administración está al tanto de todo lo que ocurre y que no ejerce de forma unilateral. Ha elegido la figura del entrenador antes que la del director deportivo saltándose el orden de actuación natural «porque consideraba más urgente la figura del entrenador. En cuanto al director deportivo queremos seguir un proceso más riguroso. Se han presentado muchos candidatos porque este es un club muy sexy. Hay urgencia por el mercado de invierno, pero lo era más sustituir al entrenador». De Escribá explicó que después de una conversación de siete horas en Madrid, donde se produjo la toma de contacto por ambas partes, «lo elegimos porque era la primera opción y fuimos directamente a por ella. No queríamos dejar el equipo sin un comandante. La reunión fe productiva y larga y le convencimos». Sanllehí siguió abriendo el abanico de los porqués de esta elección. «Por su capacidad de liderazgo y su metodología, y por sus éxitos que ya conocíamos del Elche. Además de estas capacidades nos convenció también la persona. Mirándole a los ojos vi su implicación y a un valiente ante un reto apasionante aunque difícil. Fran me hizo una radiografía del equipo muy acertada. Dio el diagnóstico y la cura». En ese encuentro explicó al todavía aspirante «la calidad del grupo inversor, por el que muestra un gran interés, y él compró el proyecto».

El equipo está a dos puntos del descenso,  el 50% por ciento de los fichajes no tienen peso en el equipo, no hay gol ni fútbol y se ha producido un seísmo en la parcela deportiva después del bochorno de Vitoria. No obstante, el director general defiende su  inocencia en un incendio al que acudió con bidones de gasolina en la mano, uno de ellos Torrecilla. ¿Sensación de fracaso?: Cada decisión tiene sus circunstancias. Cuando escogimos a Carcedo las prioridades eran una, y ahora son otras. Necesitábamos un golpe de experiencia y liderazgo y una demostrada trayectoria exitosa. A alguien que pueda dar luz a unos jugadores que están en una cueva.  No me arrepiento de las elecciones de aquel momento pero es evidente que no han funcionado. Puedo garantizar que no ha faltado rigor y trabajo en ninguno de ambos . A veces la vida te da este tipo de golpes,. Y esta categoría es especialmente cruel. Me sentiría amucho más culpable si considerase que he hecho algo mal en el camino. Pero todo lo he hecho por motivos racionales, no impulsivos».

«Quiero hacer una mención especial en el plano deportivo», subrayó Sanllehí. «Las figuras  director deportivo la escogimos por continuidad , porque había una planificación en marcha . Vi su honestidad y me pareció lógico y coherente. Acordamos alagar un año su contrato. En cuanto al entrenador, buscamos un cambio para darle las riendas para trabajar a corto y largo plazo, por su capacidad de trabajo y su visión de fútbol moderno. Ellos nos han fallado en profesionalidad, pero consideramos que por los resultados y la situación del equipo se necesitaba una reestructuración radical.». Es decir que aquí no ha cometido un error nadie, sino la vida en sí misma, que es así de poco agradecida. No está mal trabajado el equipo. Sí que tenía un peso emotivo en el que estaba atrapado y no daba su potencial por los motivos que sean. Consideramos que era necesario cambiar el rumbo».

Habló del ascenso, y en sentido sí fue coherente con sus primer discurso en Zaragoza. «El proyecto sí está hecho para subir. No hablo de esta temporada. Ojalá sea así. Lo que es de ascenso es el proyecto ejecutado para estabilizar el club y hacerlo crecer de una forma sostenible y orgánico. Cuando subamos queremos tener bases para mantenernos. Estaos haciendo las cosas que como se deben». Salieron a escena el campo y la incuestionable y estrecha relación del fondo inversor con el nuevo estadio y las instituciones que ya van emitiendo señales aunque sean de humo, y también un mercado de invierno al que habría que acudir con la mayor de las urgencias, por delante incluso de las del técnico y el director deportivo, y para el que hay previsto «un pequeño margen salarial».  Escribá, mientras tanto, asistió disciplinado al discurso del rey.

Fotografía: Tino Gil / Real Zaragoza

 

 

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