Algo (bueno) pasa con Lluís López

Frente al Sporting de Gijón fue uno de los futbolistas más destacados. Firme, concentrado, pegado como una lapa al revoltoso Djurdjevic, un demonio que dice ser delantero, Lluís López lo hizo todo bien. Sus decisiones presentaron a un central titular, no a un reserva a la sombra del banquillo en espera de que ocurra algún imprevisto para saltar al campo. No es la primera vez que el de Manresa, un alumno de la escuela del Espanyol que no cuajo como periquito profesional, realiza partidos destacados bien sea con Jair, como ocurió este sábado, o Francés a su lado, a quien ahora suple por la lesión de codo que sufre el canterano. Con él en el equipo, el Real Zaragoza ha sumado sus dos primeras victorias de la temporada en un par de encuentros muy serios.

Ese rendimiento regular y servicial no le ha servido, sin embargo, para pelear siquiera por un puesto en la alineación desde que llegara el pasado verano al club aragonés. En primer lugar porque Francés y Jair forman una de las sociedades defensivas más fiables de la categoría, y en segundo porque sin haber cometido errores bochornosos, sí es cierto que Lluís López, al margen del resultado final, aparecía como actor principal o secundario de bastantes escenas en las que el rival marcaba. Con una buena lectura en la anticipación, cierto porte en la salida del balón y un desplazamiento de larga distancia más que aceptable, a lo largo de los partidos sufre de vez en cuando de falta de velocidad de reacción, de una ternura que mancha su hoja de servicios y sirve en bandeja ocasiones al adversario.

Pero algo bueno ocurre con Lluís López, por lo general condicionado a que se mantenga en tensión al cien por cien durante los 90 minutos. Su participación arroja números positivos, eso es incuestionable. En los doce últimos partidos que ha jugado desde el principio, diez con JIM el curso pasado y dos con Carcedo, el conjunto aragonés sólo ha perdido uno. Seis victorias (Sporting de Gijón, Almería, Lugo, Real Sociedad B y esta temporada Ponferradina y de nuevo Sporting), cinco empates (Ponferradina, Ibiza, Málaga, Amorebieta y Oviedo) y una derrota (contra el Eibar en Ipurúa). En las 25 citas en las que ha sido reclamado en Liga, además de contra el Eibar, el Real Zaragoza cayó ante Cartagena y Mirandés, con triunfos en Alcorcón, Burgos y Las Palmas además de la media docena de triunfos mencionados con anterioridad. Las tablas frente a Real Sociedad B, Lugo, Huesca y Girona se suman a una serie de marcadores que no le dejan, ni mucho menos, en mal lugar: de los 75 puntos en disputa con Lluis López en el once se han logrado 36.

A sus 25 años, con una breve experiencia en Primera, presencia en las categorías inferiores de la selección, un ascenso con el Espanyol y una cesión al Tenerife, le falta todavía un punto de madurez competitiva para convencer a los entrenadores de que su lugar no sólo abarca el banquillo. No lo tiene sencillo porque a su edad el margen conceptual de mejora es ya muy estrecho. No obstante, lo que evidente es que el equipo no ha llorado casi nunca las ausencias con Lluís López de relevo, que seguirá siendo su función hasta que Francés regrese de la enfermería. Un trabajo en cualquier caso necesario en todo colectivo. Sí, el del señor Lobo.

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