Juan Carlos Carcedo ha introducido dos cambios significativos en la alineación frente al Eibar. Azón, que descabalga del once a Mollejo, regresa como titular a los terrenos de juego para unirse como ariete en ataque a Giuliano, quien posicionalmente actuará por la banda izquierda, y Francho ocupará la posición de un Manu Molina que no termina de cogerle el pulso al puesto pese a que el técnico le había concedido la dirección de la orquesta en la mayoría de los encuentros. El entrenador del conjunto aragonés se decanta por la joven dupla atacante en la búsqueda de un gol que casi pertenece en exclusiva a Simeone, pero continúa confiando en su esquema de un solo punta, con Vada en su ya habitual posición de enganche y Bermejo a la derecha.
El equipo, pese al estreno de esa nueva sociedad, conserva un grueso perfil conservador, aunque renovado en una medular donde regresa a la alineación Francho, desplazado de su protagonismo en las dos últimas temporadas por Manu Molina, quien no ha logrado responder a la fe ciega que ha puesto Carcedo en un futbolista de su absoluta confianza para pilotar al grupo. Su falta de jerarquía y de velocidad, contrarrestada por múltiples decisiones buenas aunque carentes la mayoría de profundidad, le han llevado al banquillo para ofrecer la oportunidad a un Francho que oferta otras características bien distintas.
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El aragonés había participado desde de principio a fin en las derrotas contra Cartagena y Lugo, sin ofrecer tampoco la versión de los cursos anteriores. Carcedo lo utilizó en la función que ahora realiza Vada y se desorientó en una labor que no saca lo mejor de su catálogo. Hoy vuelve a sus origines junto a Grau para aportar mayor frescura y pierna en el contragolpe, si bien será complicado que se descuelgue con asiduidad de su compañero, ya que deberán estar despiertos al alguna desatención en el repliegue de Giuliano o Bermejo si es que interpretan un papel valiente. En principio todo indica que será todo lo contario si el Real Zaragoza repite el modelo de jugar en función del rival.
Atrás la vida sigue igual. La ausencia de Francés (verdugo de los vascos el año pasado) por su lesión en el codo da otra vida en el eje central a Lluís López, con una de arena y otra de cal, mientras Jair se ocupará de zanjar todos los asuntos que pueda. Gámez y Fuentes, que en Anduva estuvieron especialmente desacertados, se ocupan de los costados en una defensa que sigue siendo el sostén del equipo. En la citación aparece por primera vez en casi 16 meses Carlos Vigaray, la grata sorpresa de este partido. El poderoso lateral derecho ha pasado por un calvario por su rodilla derecha y Carcedo le ha incluido en sus planes para que vaya tomando contacto con el fuego real, aunque será complicado, al menos hoy, que salte al césped del Municipal.
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Frenar al Eibar, que todavía no ha ganado en ninguna de sus tres salidas durante este curso (solo empató en Villlarreal (2-2), no será sencillo. Gaizka Garitano confía en los mismos que se impusieron la pasada jornada al Racing salvo Aketxe, baja sensible en el equipo armero por lesión. Bautista y Stoichkov (cinco goles entre ambos) son las claras referencias ofensivas de un equipo que en Ipurua se muestra intratable pero que a domicilio flojea. Su amplio fondo de armario esta noche es de los que impone con Cantero, Blanco Leschuk, Vencnio, Vadillo, Rober Correa, Rahmani o Nolaskoain.
Alineación del Eibar
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