Vigaray ya está aquí

El poderoso lateral, con un historial médico de lesiones demasiado extenso,  regresa a una citación 16 meses después

Más de 16 después, en mayo de 2021 frente al Mallorca, Carlos Vigaray  ha regresado a una convocatoria en la que son también novedades Lasure y Quinteros tras superar un auténtico calvario que le ha acompañado gran parte de su carrera profesional  y que comenzó  con un edema óseo que se le produjo en rodilla derecha en 2017, cuando militaba el Alavés, y que le tuvo casi diez meses en el dique seco.  Su última dolencia, en la misma articulación y ya en el Real Zaragoza, le hizo pasar por el quirófano en julio de 2021  tras ser sometido a un tratamiento conservador que se le aplicó sin éxito .

Su historial médico es preocupante, porque además de esos problemas en la rodilla ha descarrilado en demasiadas ocasiones por su fragilidad muscular, con incidencia en los isquiotibiales. En la séptima jornada del ejercicio 2019-2020, se lesionó en Lugo para regresar y volver a romperse a las tres semanas en el Carranza frente al Cádiz. Seis jornadas después recayó contra el Albacete. De regreso del confinamiento por causa del covid-19, esta vez fue el isquiotibial izquierdo en que le tuvo fuera durante cinco encuentros.

La temporada 2020-2021  también le resultó un calvario cuando los isquios no resistieron en el partido de ida ante el Alcorcón. Se esperaba una recuperación en tres semanas que se convirtieron en nueve hasta que reapareció en El Toralín. Si Vigaray volvía a la titularidad, tenía dos marchas: a medio gas hasta que ganaba en confianza superado el proceso de recuperación, y a toda máquina que le transforman en un futbolista de otra categoría superior. No obstante ni mental ni físicamente ha logrado responder a la grandes expectativas depositadas en él cuando fue contratado del Alavés.

Ha sido un jugador de medio curso, influido por esos viajes de ida y vuelta a la enfermería y una rodilla que no terminaba de sanar y que provocó que Tejero se hiciera con el puesto mientras el de Leganés contemplaba los partidos desde el banquillo sin participar un solo segundo. Hoy, Carlos Vigaray está de vuelta después de escalar por esa pared vertical que insistió en su dureza con un golpe en la rodilla el pasado verano. Desde agosto volvió al grupo y jugó unos minutos en el encuentro de ensayo contra el juvenil el pasado jueves. Carcedo le ha incluido ante el Eibar, pero la paciencia que ha acumulado en toneladas tendrá que seguir siendo su mejor aliada hasta que otro día soleado pueda competir por entrar en el equipo.

 

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