Víctor Muñoz, zaragocismo en estado puro

Ha sido una delicia disfrutar con la entrevista a Víctor Muñoz que ofreció al Periódico de Aragón. El redactor conduce con habilidad al entrenador a su zona de confort, que es por su naturaleza la de hablar sin paños calientes y sin remover heridas abiertas pese a que muchas le duelan por haberlas sufrido en su propia piel, y este se deja tranpostar por su percepción del Real Zaragoza con la certeza de quien contempla la verdad como uno de los principales valores del ser humano. Posiblemente el mejor técnico en el sentido más amplio de la profesión en la historia del club, aunque Luis Costa y Víctor Fernández puedan competir por ese podio virtual, hace balance de todo. De la Fundación y su persistente incultura futbolística; de una nueva propiedad necesaria a la que aconseja que no se duerma en los laureles de un regreso a Primera que, según su criterio, debería ser a corto plazo; de Sanllehí, de quien destaca su personalidad sin saber cuál es su dimensión real como director general en un ecosistema muy distinto al Barça o al Arsenal; de un ascenso en el que no cree al menos esta temporada «porque no tiene potencial suficiente»; de un entrenador, Carcedo, al que contempla todavía como un segundo y tendrá que demostrar que está cualificado para ser primero; de la cantera, a la que no regala un solo elogio y recomienda el día al día para ratificar la fe que se ha puesto en ella; de su estimado Zapater, al que hizo debutar, y su nuevo rol como veterano sin minutos y, por supuesto, de una afición a la que sólo dedica alabanzas por su respuesta.

El titular de cabecera que deja es demoledor, pero es el sentimiento de un zaragocista en estado puro que no debe nada a nadie y que jamás ha compartido mesa y mantel con ninguna cofradía de aduladores. «Me da hasta vergüenza que el Zaragoza lleve tanto tiempo en Segunda». Lo dice de corazón, a sinceridad descubierta, la misma que la hecho ganarse la antipatía de los órganos oficiales y sus cabecillas pese a que siempre haya tenido un trato exquisito incluso con el enemigo. Esa falta de mano izquierda con los poderes fácticos y en ocasiones con vestuarios complicados de gobernar, ajeno a la diplomacia forzada sin descarrilar de la educación, le hicieron único como jugador infatigable y como entrenador que quiso modernizar al Real Zaragoza desde su breve etapa a principios de los noventa en el cargo de secretario técnico, puesto del que fue relegado por querer abrir las ventanas de unos despachos cargados de naftalina y favores mediáticos. Aun así, siempre acudió al reclamo del club en llamadas posteriores (ya lo había hecho como jugador en 1991, la del playoff de permanencia contra el Murcia). Para evitar un descenso que tendría como premios extraordinarios la Copa ganada al Madrid de los Galácticos y la Supercopa conquistada frente al Valencia. Pudo haber aumentado su palmarés particular, pero el Espanyol y desencuentros con algunos de sus futbolistas hicieron imposible que levantará otra Copa en 2006. Ocho años después, en 2014, volvió ya en Segunda para evitar lo peor y la siguiente campaña chocó frontalmente con Carlos Iribarren, consejero del Área Deportiva de la Fundación que se adjudicó funciones de todo tipo en un pronto napoleónico que se llevó por delante a Martín González, director deportivo, Emilio Larraz, técnico del filial, y al propio Muñoz.

De la mayoría equipos donde ha estado ha sido destituido (Mallorca, Logroñés, Villarreal, Getafe, Huelva) menos en su primera experiencia en el Real Zaragoza, la más duradera en un banquillo en toda su carrera. Personalidad, carácter, singularidad, profesionalismo… Víctor Muñoz, como queda reflejado en la entrevista, no va por la vida dándose golpes en el pecho por su zaragocismo, algo muy de moda en los últimos tiempos, pero lo plasma en la única dirección que conoce y acepta, la de proyectar lo que significa su figura en este club a favor de la información que se merece la afición. ¿Un poco perro verde? Sí, cómo no, pero su ladrido ha sido el de un excepcional animal del deporte que antepone la honestidad por encima de cualquier imposición.

FOTO: EL PERIÓDICO DE ARAGÓN / ANDREEA VORNICU

03 comments on “Víctor Muñoz, zaragocismo en estado puro

  • Luceni , Direct link to comment

    Eso necesita Zaragoza y su deporte profesional, gente que cuente la verdad de las cosas, no pelotillas. Esta gente de ahora del Zaragoza dice que quiere basar su proyecto en la cantera, pero la de este club no es la del Madrid, ni siquiera la del Atletic o La Real, ni de lejos. Francés (sobrevalorado), Azón (suplente) y Francho (suplente) están muy sobrevalorados y el otro supuesto pilar Bermejo, es un bluff de futbolista. Y qué fue de los Vallejo, Pombo, Soro, Guti, etc., desaparecidos y suplentes allá donde están. Se necesita gente curtida y con calidad, sobre todo con calidad, y dirigentes que sepan de futbol, claro, pero sin poner dinero es difícil, casi imposible llegar a primera. Por eso este club da vergüenza como dice Víctor y cada año es lo mismo, un fracaso. Ah, y hablando de deporte profesional, cómo puede ser que el Casademont tenga cada año peor equipo cuando estuvo a punto de bajar de categoría? El dinero invertido. Los chicos fichados este año no saben ni jugar al baloncesto, ni meterlas en el aro….vaya nivel. Así les va a los equipos de Zaragoza. Hay que contar la verdad a la gente, sí, eso es lo único que crea conciencia de la realidad, aunque duela.

  • Entryes , Direct link to comment

    Hay veces que parece que tenemos que escondernos por decirlo pero yo prefiero a Víctor Muñoz antes que a Víctor Fernández mil veces

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *