El centrocampista del Real Zaragoza, como ocurre con la mayoría de sus compañeros, intenta explicar la actual y delicada situación del equipo reconociendo que hay que mejorar pero, al mismo tiempo, confiado y seguro de que la línea que se sigue es la recta. El gol, la asenncia de acierto en el remate aun desde el punto de penalti, se entiende como la causa principal de este mal comienzo. «Somos conscientes de de que tenemos que dar un paso más. Con lo que estamos haciendo no nos vale. En los útimos partidos hemos conseguido tener la portería a cero, que es importante. Al equipo le falta ese puntito de suerte para meter gol y coger la confianza de ir por delante», explica el futbolista.
Frente a la portería rival, los números son terribles. Bermejo comenta que quizás sea «un problema de ansiedad, de precipitación mental. Tuvimos ocasiones claras contra el Huesca pero entre los palos y la aceleración en los últimos metros nos está lastrando un poco a la hora de conseguir resultados. Aun así creo que se están haciendo buenos partidos. Llegará un momento en que empezarán a entrar las ocasiones que generamos. Uno, dos, tres…». Va más allá el futbolista en su apreciación personal del rendimiento global, que en su opinión no se asemeja al de la temporada pasada. «El equipo aprendió de aquella situación. Queremos estar más arriba porque hemos sido superiores y no hemos merecido perder ningún partido».
En cuanto a su respuesta esta campaña, Bermejo apunta que está satisfecho por la confianza del entrenador. «Estoy agradecido y le intento responder con mi trabajo diario. A todos nos gusta jugar pero hay una gran competencia en el grupo». El futbolista describe cómo vivo la atmósfera de La Romareda el pasado lunes. «Pocas veces he vivido este ambiente. Se me pusieron los pelos de punta. Esperemos que siempre sea así».
