Capital extranjero, ¿sinónimo de éxito?

La mayoría de las acciones del Real Zaragoza, o gran parte de ellas, están encaminadas a caer en manos de capital extranjero cuando se produzca el acuerdo de compraventa entre la Fundación y la sociedad Spain Football Capital, conducto de la que pretende ser la nueva propiedad del club aragonés. Sería la primera vez en los 89 años de la historia de la institución que estaría gobernada por personas ajenas a la Comunidad, antes y después de las Sociedades Anónimas Deportivas. A lo largo de las últimas temporadas, en el fútbol español se han producido desembarcos de inversores internacionales, bien para controlar el club por completo o para participar en su administración con un porcentaje determinado de acciones. El objetivo no es otro que el de de generar negocio y beneficios a corto plazo en equipos asentados ya sobre una estabilidad económica y social o en otros que se encuentran en situaciones financieras muy delicadas como es el caso del Real Zaragoza. Cuando esas inyecciones monetarias a la tesorería persiguen el control absoluto, por lo general se encuentran con el problema del desconocimiento cultural de lo que se compra, un déficit peligroso con valores intangibles en el mercado pero muy presentes en los sentimientos y sus ramificaciones emocionales.

La situación del Real Zaragoza es tan desesperada que el cambio se contempla primero como una tabla de salvación y después, depende de la autenticidad y de la cantidad del capital por llegar, como una puerta abierta hacia un equipo cualificado para luchar por el ascenso a Primera. Se espera una primera partida de 20 millones de euros para pagos de máxima urgencia y peticiones de los patronos que cuentan con títulos y un posterior goteo de otros 30 para ir elevando el techo salarial. Por el momento todo está en el aire, incluida la planificación deportiva por la demora en las negociaciones, aunque ambas partes den por hecho que la transacción se producirá en breve. Tendrá que ser antes del 30 de junio porque si no saltarían todas las alarmas con consecuencia de los numerosos y cuantiosos compromisos de pagos que se deben afrontar antes de esa fecha. La esperanza, la incertidumbre, las dudas, el optimismo y los miedos a los desconocido se agolpan en una afición expectante de que la operación y sus formas se confirman de forma oficial.

La Liga española ofrece ejemplos de cómo han funcionado otros clubes que han recurrido a capital extranjero para salvarse, relanzarse o reinventarse. En 2014, Peter Lim adquirió la mayoría accionarial del Valencia CF, pagando 92 millones por el 70% de acciones para más tarde añadir otros 100 millones a través de una ampliación de capital y líneas de crédito. Lo hacía siguiendo los pasos de otros inversores extranjeros que pusieron un pie en LaLiga como el jeque catarí Abdullah Al Thani, que llegó al Málaga CF en 2010 llevando al club de la Champions a la administración judicial pasando por el descenso, y Carlos Slim, que inició el proceso para hacerse con la propiedad del Real Oviedo en 2012. En 2016 la compañía china DDMC compraba el Granada CF por 37 millones de euros a Gino Pozzo. También ese año el empresario asiático Chen Yansheng (en la foto que ilustra esta información) invertía 50 millones de euros a cambio del 54% del RCD Espanyol y las garantías para la construcción del estadio de Cornellà a través de Rastar Group, fabricante de juguetes y videojuegos, que ha ido aumentando su inversión en el club hasta el 99,3% actual. Y el empresario norteamericano Robert Sarver, tras la frustrada compra del Levante UD, cubría el 100% la ampliación de capital del RCD Mallorca, con la aportación de 20,6 millones de euros, haciéndose con una participación del 81,16% del club bermellón.

En 2018, el Real Valladolid negociaba con el empresario mexicano Ernesto Tinajero la venta del club, pero al fracasar las conversaciones entró en escena el exfutbolista Ronaldo Nazario que se hizo con el 51% del capital del club por unos 25 millones de euros. El brasileño elevó meses más tarde, en el primer semestre de 2019, su participación en el club hasta el 72,7%. La UD Almería fue uno de los clubes que cambió de dueño en 2019, con el empresario saudí Turki Al-Sheikh invirtiendo más de 20 millones de euros para hacerse cargo del 96% de las acciones de la institución para luego ampliar en 31 millones de euros el capital del club. El mismo año que el empresario argentino Christian Bragarnik se hacía con el 70% de las acciones del Elche CF que tenía el expresidente José Sepulcre a través de Tenama Inversiones para meses más tarde ampliar su participación hasta el 99%. En Segunda, el Alcorcón fue adquirido por Best Navy S.L., participada por el grupo que lidera David Blitzer, co-propietario entre otros del Crystal Palace de la Premier League, los Philadelphia 76ers de la NBA, y los New Jersey Devils de la NHL, y por el grupo que lidera Iván Bravo, director general de la Academia Aspire y ex director de estrategia del Real Madrid. Por su parte, Football Newco 18 S.L. pasó a ser la accionista mayoritaria del Numancia tras comprar el paquete accionarial a la sociedad de Francisco Rubio Gracés, Health and Sports Development S.A.

Las experiencias más frustrantes las han vivido Deportivo Alavés y Racing de Santander, con Dimitri Piterman y Ahsan Ali Syed al frente, como también le sucedió al Getafe CF con un camarero disfrazado de falso jeque árabe. El propio Real Zaragoza sufrió en sus carnes un rocambolesco proceso de compra que no se produjo en la figura de Kadir Sheikh, un empresario alemán de origen pakistaní que se retiró cuando debía presentar su opción al CSD.

Athletic Club, CA Osasuna, FC Barcelona y Real Madrid mantienen su estatus de club y pertenecen a los socios, mientras el Atlético de Madrid conserva el equilibrio en su accionariado desde que Idan Ofer se hiciera con el 32% del capital social del club en 2018, con Miguel Ángel Gil Marín como máximo accionista con el 51% y Enrique Cerezo siendo el tercer máximo accionista de la sociedad con el 16%. Una fortaleza accionarial que también está presente en el caso del Deportivo Alavés, club propiedad de Saski Baskonia S.A.D., de la familia Querejeta desde 2014; el Getafe CF, en manos de Ángel Torres desde 2002; el Levante UD, cuyo máximo accionista es la Fundació Levante UD 100 Anys; el RC Celta de Vigo, a cuyo frente está Carlos Mouriño, empresario gallego que en 2006 adquirió el club a Horacio Gómez Araújo; la SD Huesca, que cuenta con la Fundación Alcoraz como accionista mayoritarios desde 2009; y el Villarreal CF, que pertenece a la familia Roig desde 1997. Los casos más singulares son de Real Sociedad y SD Eibar, pertenecientes múltiples accionistas que por acuerdo de los socios ven limitado el número de participaciones en la sociedad para evitar la concentración de poder y el control de la sociedad.

De confirmarse la compraventa con un inversor extranjero, el Real Zaragoza entrará en una nueva dimensión desconocida, sumergiéndose en el riesgo y desligándose de su histórico vínculo con capital aragonés para huir de un riesgo aún mucho mayor como es el actual. El futuro irá despejando todos los interrogantes sobre una aventura que aún no ha partido de puerto.

*Fuente: Palco23

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