¿Dónde colocar ahora el pesado paquete de Gueye?

En la operación salida que acomete Juan Carlos Cordero para configurar la plantilla de la próxima temporada no se escucha un sólo susurro sobre que Makhtar Gueye vaya a regresar al KV Oostende al finalizar su cesión por un año porque el senegalés, como ya adelantó Príncipes de París en exclusiva el pasado 15 de enero,  continuará en nómina de la multipropiedad que administra el Real Zaragoza. En el préstamo del senegalés se incluyó una cláusula de compra obligatoria de tres millones de euros en caso de ascenso del equipo aragonés, pero en el paquete de condiciones se estableció la adquisición del delantero africano como principal requisito al margen de cuál fuera el lugar de la clasificación que se lograra una vez finalizada la temporada, en este caso por una cantidad próxima a los dos millones. En el mercado de invierno se sondeó la posibilidad de deshacerse de la vinculación con el atacante una vez comprobado su bajísimo nivel profesional, pero la dirección deportiva se encontró con el obstáculo insalvable del compromiso firmado por el grupo inversor,  quien avaló el acuerdo con el beneplácito de Raúl Sanllehí y por encima de la figura de Miguel Torrecilla en una negociación directa con el KV Oostende.

Cordero tiene muy claro que Gueye,  quien cobra el salario más alto (próximo a los 600.000 euros), no tiene cabida en su proyecto, por lo que se abre como posible solución el abanico de la sinergias para internar colocar al gigante de Dakar lejos de La Romareda salvo que surja la improbable opción de un traspaso que amortigüe el terrible negocio que se ha realizado con este futbolista, cuya compra podría suponer un duro golpe para el limite salarial de cara al próximo ejercicio. En el caso de que no se hallen soluciones para deshacerse del jugador, el fondo de inversión deberá sobrellevar esa carga y buscarle un destino vinculado a su gestión o a la del Atlético de Madrid, cuyo hermanamiento con el Real Zaragoza están claramente subrayadao en el consejo de administración con la presencia de Emilio Cruz y Mariano Aguilar y, en el plano deportivo, con la cesión de Sabin Merino al Atlético San Luis. La papeleta que se le presenta a la corporación que preside Jorge Mas en el club aragonés es considerable para evitar primero que Gueye permanezca en el Real Zaragoza, y en segundo, para buscarle ocupación en otro de los equipos amigos.

Gueye, de 24 años, quien ha participado en 22 partidos pero tan sólo seis de titular, cinco de Liga y uno de Copa frente al Diocesano, no ha marcado un solo gol en toda la campaña, además de suponer una jaqueca tanto para Juan Carlos Carcedo como para Fran Escribá. El técnico valenciano, aun consciente de su ínfima calidad, intentó integrarlo e incluso protegerlo después del choque ante el Burgos en casa, cuando señaló que el runrún del estadio al ver calentar al jugador hizo que decidiera no sacarlo. Sin embargo, el futbolista se abonó por sí sólo la bochorno general cuando se le concedieron oportunidades, ratificando que no da el mínimo exigible para esta categoría. «Ha sido un trabajo de muchas semanas. ha habido elementos fundamentales, su predisposición y el que le gustara el proyecto… El proceso para traer a un jugador como Pape ha pasado por varias vicisitudes y ha sido importante el grupo inversor. Las dos ampliaciones de capital (14,6 y 6,4 millones) que se han hecho de cara al límite salarial y liquidar la deuda con Hacienda nos pusieron en una situación muy diferente y a partir de ahí se buscaron las maneras para aumentar ese límite. Todo eso nos ha dado esta oportunidad de traer a Pape«, dijo Sanllehí en la presentación del delantero. Ahora, nueve meses después, hay que saber cómo se le pone el cascabel a Gueye.