El balón del pánico

En situaciones de fuerte tensión, que percibimos como amenazas, las personas reaccionamos de tres formas diferentes: huimos, nos paralizamos o atacamos. Este comportamiento es universal, rige de forma inmemorial para todas las culturas, y está vinculado biológicamente a las estructuras cerebrales que regulan el instinto de supervivencia que nos protege como animales, al margen de la mayor o menor racionalidad que manifestamos. El problema es que la elección de una u otra forma de salvar el pellejo no es fruto de un análisis meditado sino de una respuesta casi automática. No da tiempo. Eso hace que muchas veces nos equivoquemos. Muchas víctimas de accidentes lo son porque se quedan petrificadas ante una amenaza inesperada, mientras que otras huyen alocadamente poniendo en riesgo su vida y la de los demás. Las respuestas de ataque priman la autoconservación individual, o de la prole, con la que nos enfrentamos a la amenaza.
El problema surge cuando un individuo, o un grupo, responde con una de estas opciones en situaciones que no son una amenaza real sino imaginaria. El pánico innato que tan útil es con los riesgos de la vida surge, en lo cotidiano, porque se ha aprendido (condicionado) a reaccionar de forma extrema en cualquier actividad habitual. Los empleados sudan al borde de un ataque cardiaco cuando presienten la llegada de un mal jefe. La clase escolar se pone de los nervios, y no atina con las respuestas que sabía, ante un docente que no enseña, sino que impone. Y un equipo de fútbol puede jugar atenazado, cuando necesita rapidez, o disparatado, cuando precisa serenidad, porque responde de forma contradictoria, con parálisis o escape, a las exigencias del juego. Podríamos decir que los temores de la cabeza son mayores que las amenazas del rival. Así, cualquier estrategia que se plantee sobre el césped quedará eclipsada por el temor común, con independencia de la calidad individual de los jugadores de un equipo.
El Real Zaragoza saltó a Castalia con el vértigo que le produjo jugar en un campo con nombre de rascacielos. El SkyFi de los locales está relacionado con el suministro de imágenes satelitales de la Tierra. Así que los maños se vieron pequeños, a sí mismos, desde el túnel de vestuarios. La ansiedad se incrementó al ver que no encontraban una mano de apoyo en su salida al terreno de juego, mientras que los rivales asían con seguridad las de unas criaturas, sin apenas nervios, que mostraban más temple que nuestros “tomates”. La confusión inicial inundó a la tropa de Francho. Unos jugadores pensaban que se habían equivocado de disciplina deportiva y se enfrentaban a un combinado de árbitros de la NFL norteamericana y otros, que estaban en un ring de lucha libre profesional. Hubo incluso quienes creyeron estar ante un grupo de dependientes de una conocida franquicia de calzado deportivo. El pánico colectivo se instauró tras concluir, en el corro previo al pitido inicial, que los once de Gabi estaban rodeados de barrotes blanquinegros. Así que lo más probable es que estuvieran en prisión. A partir de ese momento, la parálisis fue la respuesta del equipo en defensa, y la precipitación alocada su conducta en ataque. Lo vimos en las distintas caras de los jugadores en los saques de esquina sobre el área de Adrián Rodríguez. Cada fotograma es una tesis que explica la ansiedad en el lenguaje no verbal de los visitantes. Los gestos nos dicen mucho en psicología. El lenguaje de las emociones nos ofrece, a través de los músculos, contenidos que nunca saldrían por las cuerdas vocales. La paralización del miedo tiene su vocabulario. La mirada amplía sus pupilas y extiende los pómulos mientras los labios tienden a separarse. El asombro pasmado es la excusa que utilizamos para justificar la falta de acción y reacción. Las miradas sin horizonte de tensión ocultan una falta de intensidad que ha sido raptada por el miedo. Se sigue y marca al jugador, pero no la jugada. El futbolista necesita el contacto físico con el contrario para utilizarlo de parapeto, pero no para anticiparse a sus embestidas. Mientras, en el rival, las pupilas se empequeñecen para olfatear los obstáculos y el balón. Se agudiza el campo visual y las articulaciones son resortes de respuesta que no necesitan una orden cerebral para entrar en acción. Se perciben en los atacantes locales los gestos de una agresividad que cierra los músculos de la cara y presiona los labios. ¡Son dos retratos tan diferentes los que mostraron las imágenes de televisión! En ataque se lanzaron varios morteros contra el portero rival que no causaron más daños que el de desprenderse con rapidez del balón. Así se resistió, como se pudo, mientras en nuestro corazón zaragocista sólo esperábamos una eutanasia futbolística con el menor sufrimiento.
El técnico local amenazaba con recordarnos a su glorioso paisano, el histórico Cruyff, y también Johan. El prototipo neerlandés se mantiene con el tiempo. Aunque lo más original de míster Plat es que su ceño vertical, en el entrecejo, se ha quedado a vivir para siempre en su frente. Con ello consigue que su nariz nazca desde la frente y la triangulación facial parece diseñada por GPS. Con su pantalón corto de guiri parecía que acababa de aterrizar en la Costa del Azahar. Pero una vez comenzado el encuentro descubrimos que, aunque el Real Zaragoza saltó a Castalia, en realidad los blanquiazules se habían quedado en la Luna del Papa en Peñíscola. Como anticipando la tragedia, nuestro entrenador ya se ha hecho con un estilo de ropa más serio, al que sólo le falta el alzacuellos. Gabi Fernández se está convirtiendo en el reverendo Gabriel Luis. No sabemos si para ejercer el sacramento de la confesión en sus ruedas de prensa, o la extremaunción de seguir así los resultados. Su tez también se está adaptando al purgatorio del equipo y sus cejas se van cerrando, de forma atlética, partido a partido. A este ritmo, para Pilares, algunos terrícolas le confundirán como un descendiente, con genes vulcanos, del señor Spock que tanto nos asombró en la serie Star Trek. Al finalizar el encuentro se acercó a Johan para saludarse y le dirigió unas palabras al oído. Puede que le pidiera disculpas por el resultado o quizás le daba las gracias al oriundo de Países Bajos por la jarra que le regaló con una frase conmemorativa: “estuve en Castalia y con este punto me acordé de ti”
No es casualidad que en nuestro diván los más saneados sean tres chavales que no han tenido tiempo de contaminarse demasiado con evasiones suicidas o estatuas de sal. Los únicos que no miraron atrás, hacia la Sodoma y Gomorra del fútbol infame fueron Saidu, Adrián y Juan Sebastián. El defensa y el portero mostraron las carencias del equipo al exhibir tranquilidad, concentración y contundencia. Hasta el gol de Dani Gómez se construyó a base de pánico, tanto en su resolución como en su validez. Un tanto que debería ser terapéutico en las cabezas y motivador en las piernas. El concierto futbolístico de los jugadores de procedencia africana fue memorable. Afortunadamente, a los de Castellón se les coló un ghanés, con la camiseta roja, que tiene mucho que ganar si juega en su sitio. Y los demás mucho que disfrutar. Lo cierto es que la inmigración y sus generaciones no sólo incrementan la población en zonas vaciadas y llenan con sus cotizaciones la hucha de las pensiones, sino que enriquecen al país, cuidan de los empleos más necesitados y demandados por los empresarios. Ahora vemos que el fútbol es el gran beneficiado de estas aportaciones de otras culturas con piernas y mentes más frescas.
En la punta de los visitantes, Gabi construyó una isla para enviar a un náufrago serbio. Pero el internacional bosnio es UN delantero, no EL delantero. Lo mismo que Iznogud (el entrañable visir de la historieta de Goscinny y Tabari) quería ser califa en lugar del califa. Le vendría bien al entrenador madrileño repasar en la videoteca unos cuantos partidos de Milosevic para comparar y acertar con el mejor rendimiento de un Bazdar que sale a disgusto por partido. El delantero tendrá que elegir entre la melancolía infantil o la madurez de su rendimiento. Y Gabi deberá optar entre su orgullo o la humildad de rectificar en beneficio del fútbol
En los tres partidos celebrados hasta el momento los blanquillos han apretado el botón del pánico con sus piernas. Este dispositivo se ideó para tranquilizar y garantizar la seguridad en situaciones de riesgo. Emite una señal silenciosa que es recibida en una central de alarma, lo que permite poner en marcha el operativo que acude en auxilio de quien lo demanda. El problema es que el Zaragoza ha pulsado su particular balón del pánico nada más salir al césped, porque ya se ve angustiado desde el vestuario. No es el momento de que cunda el pánico, pero si el club, el entrenador y los jugadores se empeñan en lo contrario, al final tendremos que resignarnos con el “pues que cunda”.
Ahora viene lo difícil. Un mercado cerrado y una voz que esta noche dirá eso del “no va más” en el Casino del negocio en que nos han convertido este deporte. El Real Zaragoza puede seguir jugando a la ruleta de la fortuna o prepararse para las cifras y letras de la temporada que resta. El azar no depende de nosotros porque es eso, una estadística de posibilidades. Pero si analizamos, trabajamos y nos preparamos para un objetivo, pasaremos de expectantes a protagonistas. En Castalia hubo algo de suerte, sin duda. Pero no olvidemos que la suerte es la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables. Y eso no es casualidad, si no queremos que lo sea. Frente al Valladolid, este equipo debería demostrar que ya no es un grupo de futbolistas sino un conjunto intenso, ágil y eficaz del que debemos sentirnos orgullosos, al margen del resultado. Así que, entre responder jugando con pánico acelerado o quedar congelados en la parálisis del fútbol, quizás debamos probar la respuesta de ataque que conforma un equipo con un trípode psicológico de garantía a base de concentración, implicación y cooperación.

02 comments on “El balón del pánico

  • Luis Serrano , Direct link to comment

    Díficil situación la del enfermo.

    Recuperar la serenidad en una semana, con la pesada losa de la ansiedad en sus piernas, se me antoja complicado.

    La inexperiencia del entrenador y su equipo técnico ha salido a relucir demasiado pronto.
    Y aunque hay lesionados ahora mismo y podría ser una excusa para justificar el mal juego o la pérdida de puntos, esta situación es recurrente durante la temporada agraviada, por si fu6plco, con expulsiones.

    Mal pronóstico a corto plazo tiene el enfermo.
    Y me temo que la enfermedad es de larga duración.

  • Pedro León Zaragoza , Direct link to comment

    *Análisis y Recomendaciones para el Real Zaragoza*

    El artículo de José Francisco Mendi describe la situación actual del Real Zaragoza como un equipo que juega con pánico y ansiedad, lo que afecta negativamente su rendimiento en el campo. A continuación, te presento algunas recomendaciones para los dirigentes del club:

    1. *Análisis de la causa del pánico*: Es importante identificar las causas subyacentes del pánico y la ansiedad en el equipo. ¿Es debido a la presión de los resultados? ¿Falta de confianza en el equipo? ¿Problemas de comunicación entre los jugadores y el entrenador?
    2. *Trabajo en la mentalidad del equipo*: Es fundamental trabajar en la mentalidad del equipo para mejorar su confianza y reducir la ansiedad. Esto puede incluir sesiones de psicología deportiva, trabajo en equipo y dinámicas de grupo.
    3. *Revisión de la estrategia y tácticas*: Es importante revisar la estrategia y tácticas del equipo para asegurarse de que se adapten a las necesidades del equipo y del juego.
    4. *Fortalecimiento de la defensa*: La defensa es un área crítica en la que el equipo necesita mejorar. Es importante trabajar en la organización defensiva y en la comunicación entre los jugadores.
    5. *Desarrollo de la confianza en los jugadores jóvenes*: Los jugadores jóvenes como Saidu, Adrián y Juan Sebastián han mostrado un buen rendimiento. Es importante desarrollar su confianza y darles más oportunidades en el equipo.
    6. *Revisión del papel del entrenador*: El entrenador Gabi Fernández parece estar bajo presión y su estilo de juego no está funcionando. Es importante revisar su papel y considerar cambios si es necesario.
    7. *Preparación para la temporada*: Es fundamental prepararse para la temporada que viene y trabajar en la intensidad, agilidad y eficacia del equipo.

    *Conclusión*

    El Real Zaragoza necesita trabajar en su mentalidad, estrategia y tácticas para mejorar su rendimiento en el campo. Es importante identificar las causas subyacentes del pánico y la ansiedad y trabajar en la confianza y la comunicación en el equipo. Con un enfoque claro y un trabajo duro, el equipo puede mejorar su rendimiento y alcanzar sus objetivos.

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