El empate de los errores

Pulido se gana la roja, el árbitro expulsa por antojo a Zapater y Cristian falla en el gol de Obeng que igualaba el de Bebé en un final de primera parte convulso (1-1)

José Antonio López Toca lo tuvo fácil en una entrada de Jorge Pulido, que atacó por detrás a Giuliano como un vagón sin frenó. El central venía con la roja cosida a su destino antes de arponear al argentino. A los 28 minutos, el Real Zaragoza se encontró con un escenario inesperado y dulce en un partido con todos los ingredientes para sufrirlo. No tardó demasiado en sacar rédito a su superioridad cuando en el 32 Bebé enganchó un balón muy vivo en el área local para batir por bajo a Andrés Fernández. El equipo de Fran Escribá se vistió para la victoria, pero el colegiado equilibró la balanza de la justicia a su antojo y mandó a la calle a Zapater en ese capítulo caliente del encuentro. El capitán elevó el pie en exceso en una pelota dividida que competía la cabeza de Óscar Sielva, pateada en la disputa. Una amarilla de libro de primaria  que por arte de magia el árbitro cambió de color. Zapater, por experiencia, supo desde el principio que hasta ahí había llegado su participación. Ni se inmutó al observar el cartón colorado y se marchó dándose un paseo.

La ley de la compensación. No figura en la jurisprudencia de este deporte, pero de vez en cuando, como en esta ocasión, seduce a los colegiados a que se enfunden esa toga supuestamente salomónica. López Toca influyó en todo lo que sucedió después, pero no tanto como para señalarle como único culpable de que el Real Zaragoza sólo sacara un punto de El Alcoraz, un empate que el conjunto de Escribá abrazó con satisfacción desde que las fuerzas se igualaron. Antes del descanso, Obeng, quien ya había enviado un disparo a la madera antes de la baja de efectivos por ambas partes, marcó al atacar un rechace blando y centrado de Cristian. El portero gestionó muy mal un lanzamiento de Ratiu, dejando que su cuerpo escupiera el esférico hacia la mandíbula del delantero ghanés. El guardameta protagonizó más adelante un par de intervenciones estupendas, sobre todo una a tiro de Florian Miguel, pero cuando tuvo que estar se ausentó.

Nadie apostó con sinceridad por el triunfo. Un poco más el Huesca, con la chispa de Joaquín al principio y el puñal de doble filo de Ratiu y Valentín en la segunda parte. Sin embargo son dos equipos sin herradura en el guante, que eligen caminos alternativos para personarse en el área, mucho más con diez jugadores en el campo. El equipo de Ziganda masticó las jugadas, se adueño del tiempo pero no del reloj, y le dio cuerda al partido con posesiones largas que el Real Zaragoza podó sin demasiados apuros a excepción en una pelota que Francés, bajo el larguero, evitó que fuera la de la derrota. Escribá renovó todo el oxígeno del centro del campo, salvo los pulmones de acero de un Francho inagotable, con las entradas de Alarcón, Eugeni y Bermejo y dejó de correr el aire.

El festival de espacios y cambios de golpes que podía intuirse en una segunda parte abierta al espectáculo o al menos a la emoción por ese convulso final de la primera mitad, se quedó en una arteria con más corazón que sangre por parte del Huesca. El Real Zaragoza le puso el marcapasos y controló el pulso para llevarse un botín que consideró suficiente para seguir camino de la permanencia. El árbitro le había perjudicado y Cristian había colaborado con el enemigo. No era cuestión de jugar con fuego.

SD Huesca: Andrés Fernández, Andrei, Florián, Timor, Gerard (Kante, 88′), Obeng, Joaquín (R. Pulido, 30′), J. Pulido, Blasco, Juan Carlos (M. Mateu, 79′), Sielva (Hashimoto, 79′).

Real Zaragoza: Álvarez, Jair Jr., Bebé (Eugeni, 77′), A. Francés, Puche (Alarcón, 46′), Vada (Bermejo, 77′), Francho, Nieto, Fran Gámez, Giualiano (P. Gueye, 84′), Zapater.

Goles: 0-1; minuto 32 Bebé. 1-1; Obeng, minuto 45+3.

Árbitro: López Toca expulsó a J. Pulido (min. 28) por parte de la SD Huesca; amonestó a Bebé y Francho y expulsó a Zapater (min. 35) por parte del Real Zaragoza.

One comment on “El empate de los errores

  • Leonardo , Direct link to comment

    Pues ocurrió lo que casi siempre. Mal juego, imprecisiones en el pase, errores en el manejo del balón y a esperar a ver si la fortuna nos favorece.
    Antes del gol, el balance era 6 tiros a puerta del Huesca por cero los nuestros. Y la fortuna llegó y se malogro el curso del partido por la mala cabeza de Zapater,impropia de un jugador curtido en mil batallas, que no tuvo la serenidad suficiente para percatarse de que el árbitro estaba deseando compensar. Que necesidad había de hacer esa falta presionando arriba.
    El árbitro mal, pero Zapater se equivocó gravemente.

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