El peligro de Francés y la gran amenaza de El Toro sobre Azón

Desde la presentación de Juan Ignacio Martínez, se intuyó que los juveniles iban a tener que hacer el doble que el resto para mantenerse en sus planes. En este tipo de circunstancias tan delicadas, y es lógico, cualquier entrenador acude a los galones, a la experiencia, a los tipos con cicatrices que no se arrugan. No se puede sobrecargar de responsabilidad a futbolistas por hacer, tiernos aun con sus condiciones para un profesionalismo de largo recorrido. La comunión entre JIM y Miguel Torrecilla no admite la menor fisura en este sentido, ambos quieren, condicionados pero no desencantados por la sórdida política económica de la propiedad, blindar el equipo con patriotas combatientes y con mercenarios de respuesta inmediata. De lo primero no van sobrados en un grupo que, pese a recuperar algo de color con el discurso entusiasta y directo y con un elaborado trabajo de diván casero de su nuevo técnico, carece de líderes más allá de la portería. Con respecto al bazar invernal, tiene mucho de lotería y de convención de fuleros. Si además te presentas con más cromos que billetes en la cartera, se reducen las opciones de contratar jugadores fiables. Es necesario media docena de nuevas incorporaciones para evitar una segunda vuelta tan tormentosa como la primera, si bien el mensaje del club de que con tres o cuatro basta ha calado en el conducto de los medios de comunicación, últimamente amansados sin el menor rubor.

 

Como Torrecilla no va revolucionar la plantilla en número, debe de hilar muy fino en el mercadillo. Sobre todo en la figura del goleador... En un punta, seguramente, forzado a hacer los mejores registros de su carrera para ser útil. Venga quien venga, El Toro y Vuckic se lo han puesto muy fácil, lo que no deja de ser una trampa. La cuestión, como parece, es ese artillero que bien podría ser Álex Alegría se unirá en dudosa sociedad por naturalezas encontradas con el el atacante uruguayo. Se busca a alguien que también mejore a Gabriel Fernández. Aquí es donde chirría el asunto porque en ese caso Iván Azón pasaría a un protagonismo casi residual. El canterano ofrece mucho más que El Toro, y conceptualmente es mejor futbolista incluso en pleno proceso de maduración. ¿Por qué habría que desplazar a Azón en lugar de un ariete sin crédito alguno? ¿Por qué hasta hace poco tenía 17 años? Esa justificación se desploma en la comparación y, con mayor énfasis, en el compromiso de un chaval en pleno aprendizaje que juega cada partido por y para el Real Zaragoza. Y que asume la responsabilidad.

 

A Francés nadie le ha regalado nada. El propio JIM le ha ratificado en la titularidad, pero la llegada Peybernes, cuya adquisición sería inconcebible para hacer armario, ensombrece el futuro en el once del central zaragozano puesto que Jair es intocable. En este punto se podrían abrir muchos debates porque Francés ha alcanzado un nivel suficiente para conservar su puesto. JIM tiene aquí un dilema. O no. De nuevo estaríamos ante un pulso entre el sargento de hierro y el disciplinado militar recién licenciado. Francho no corre peligro aunque el centro del campo solicite figuras poderosas físicamente a su alrededor. Aunque ha funcionado bien con Eguaras en un potable intercambio de papeles, falta chicha en esa zona de barrido por delante de la defensa. Contra el Albacete, si se concretan las operaciones, comprobaremos si gran parte de esa columna vertebral joven y cualificada para defender la categoría con la adecuada compañía pasa a la reserva o al anonimato. Ellos ya han demostrado el suficiente valor para una empresa ingente. Ahora te toca a JIM ser valiente sobre seguro.

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