El Real Zaragoza de JIM pierde pie defensivo

Con todas las miradas puestas en la ineficacia atacante, sobre todo después de la traca de desaciertos o falta de precisión en Fuenlabrada, y caminando por la pasarela nada firme y subjetiva de que la buena imagen es una garantía segura de futuro contra los malos resultados presentes, se ha enfocado poco a la responsabilidad defensiva del equipo. La seña identidad del Real Zaragoza de JIM, el santo grial que persiguen todos los clubs que se marcan objetivos en Segunda, se sustenta en no encajar goles, pero el Real Zaragoza ha perdido pie en esa labor en las primeras cinco jornadas del campeonato. Que un solo tanto le mantenga fuera de la zona de descenso, línea que marca el Amorebieta también con 5 puntos, no es producto de la casualidad. En las tres derrotas que lleva, la conclusión de jugadores y entrenador es que se hicieron méritos para mucho más. Los méritos en el fútbol están estrechamente ligados al máximo equilibrio posible entre el control de las áreas, pero si por la causa que sea es imposible en la atacante, jamás se negocia en la propia. ASí se logró la salvación cuando parecía imposible.

El conjunto aragonés suma cuatro partidos consecutivos encajando (sin contra con los dos últimos del curso anterior contra Mallorca y Leganés). Solo en una ocasión con Juan Ignacio Martínez en el banquillo se había repetido esta racha, entre las jornadas 24 a 27, con victoria en Málaga (1-2), empate contra el Sabadell (1-1) y derrotas frente a Alcorcón (0-1) y Real Oviedo (1-0). Ahora encadena las mismas citas sin conservar inmaculada la portería tras el empate inicial con el Ibiza (0-0). Su renta realizadora, reducida a la magnífica jugada de estrategia entre Zapater y Eguaras en Santo Domingo, a la diana de Vada después de un monumental error de Bellvís, y el penalti firmado por el propio Vada en el Fernando Torres, han resucitado la psicosis de que los delanteros fichados no van a disparar unos números personales que, por otra parte, tampoco fueron exuberantes salvo en el caso del pichichi de Álvaro Giménez con el Almería. La sombra de Azón como titular vuelve a circular entre bastidores como antes ocurrió con El Toro, Vuckic y Alegría. Sin embargo se ha generado un volumen de llegadas muy superior a lo que era común en el ejercicio pasado sin que Narváez, que lo ha intentado por activa y pasiva, se estrene como artillero.

El problema de que su juego más o menos dominante aunque no siempre prolongado salvo en Fuenlabrada no se traduce en goles, es que se debe aumentar la atención defensiva al máximo, la individual y la colectiva, lo que no está ocurriendo. En Pucela, aunque hay que elogiar al central, Javi Sánchez cogió desprevenido a Ratón con un zapatazo brutal, pero el 2-0 lo marcó Toni Villa en un desajuste que partió de un malentendido entre Chavarría y Petrovic. Un Un balón lejano de Álex Gallar al corazón del área lo introdujo Gámez en propia meta. En Santo Domingo, entre Xisco y Moyano abrieron un socavón con la condescendencia de Lluis López para que el mediapunta batiera a Cristian tras el rechace del portero. En Fuenlabrada, el mejor Real Zaragoza en elaboración y amenaza ofensiva, se olvidó de hasta cuatro futbolistas azulones en un córner que resolvieron entre Zozulia y Anderson a un metro de Cristian.

JIM tiene trabajo con la gente de arriba, pero no en menor medida para recuperar cuanto antes la concentración y tensión obligadas de todo el equipo en labores de blindaje, incluido un centro del campo de donde se le ha caído Petrovic como pieza clave de contención terrestre y área. El sábado, el entrenador tendrá que decidirse entre Ángel López, Lluís López o Francés para cubrir la ausencia por expulsión de Gámez. Ángel aparece como la opción más natura, pero conociendo al técnico y sus preferencias por la experiencia, no sería extraño ver al catalán en ese posición porque mover a Francés del eje haría daño a la vista y al Real Zaragoza. Si la Real Sociedad B marca en La Romareda, un conjunto con una propuesta de juego muy atractiva pero poco gol, serían ya cinco partidos seguidos recibiendo tantos en contra, el récord más negativo en este sentido en la era del técnico alicantino. Los méritos, las buenas vibraciones y los presentimientos se doblegan frente a la estabilidad, sobre todo la defensiva.

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