El Real Zaragoza vuelve a atragantarse en la última campanada

El conjunto aragonés, con un ejercicio defensivo brutal, borra del campo al Burgos durante 93 minutos y un gol de Mollejo y, por tercer partido consecutivo, deja escapar la victoria en el último suspiro del encuentro con todos en el área (1-1)

Juegue bien, regular, mal o dedicado en cuerpo y alma a defenderse como ayer en El Plantío, el Real Zaragoza termina ahorcándose con la cuerda del reloj cuando el partido está próximo a finalizar. Con todos metidos en el área, Lluís López de tercer central o falso mediocentro y el Burgos sacando de banda con agónica urgencia, el balón giro por todo el espacio aéreo, cayó en los pies de Matos y acabó dentro de las redes de un Rebollo que ni siquiera había fichado por falta de trabajo. En el minuto 93 empataba el equipo de Jon Pérez Bolo en su única llegada y ocasión de toda la noche, asfixiado por el descomunal ejercicio defensivo de un rival que, sin embargo, es incapaz de conservar las ventajas que saca en las primeras partes, su espacio preferido para marcar. El Eibar le remontó un 2-0 en el 87, antes el Sporting le igualó un 0-2 en 86 y el 97, y en las dos anteriores derrotas en casa, el Alcorcón le hizo el 0-2 en el 82 y Jair firmó el gol del Mirandés en el 88. Con todos en condiciones o con bajas tan significativas como las de Cristian y Mesa; con un sistema u otro o con un delantero o dos, este equipo no sabe o no puede gestionar el tiempo completo. Con errores muy visibles o, como en este caso, de coordinación y concentración colectiva, no le da más que para ser noveno en la clasificación. Ahora y posiblemente al acabar la competición.

El plan de borrar del campo al Burgos –y en ocasiones a sí mismo– salió perfecto hasta la última campanada, que se le atragantó a un Real Zaragoza a punto de cerrar la jornada regresando, como quinto, a la zona de promoción de ascenso. Pero se le hizo el nudo de siempre en la garganta con todo a favor en un campo prácticamente inaccesible para el visitante y mantuvo su divorcio con la victoria, una tan sólo, la de Andorra, en las últimos ocho citas. Con estos números, sus pretensiones ambiciosas se difuminan. Con ese terrible administración general en el clímax de los partidos, es imposible conjugar el verbo ganar, algo que buscó primero desconectando a su enemigo con un amurallamiento humano que aniquiló su juego directo y acabó desquiciándolo. Con Rebollo en la portería que Escribá negó a Poussin, y Borge, Francés, Jair y Quentin formando un escudo muy sobrio, el Real Zaragoza anestesió el fútbol y propuso una guerra psicológica que llevó a su terreno a la espera de una acción aislada que le favoreciera. Lecoeuche, el único capaz de inquietar en ataque además de guardar las espaldas con brío, fabricó un centro mal despejado por Córdoba. La pelota cayó en los pies de Azón, quien por dos veces la estrelló en el central, la segunda con un disparo que volvió a dejarle en muy mal lugar rematador. Mollejo, quien había iniciado esa transición en sociedad con el lateral francés, resolvió el lío de rechaces con un zurdazo rotundo.

Bolo intentó despertar a un Burgos descompuesto, sin capacidad de respuesta, superado por la aglomeración por dentro de un Real Zaragoza que le cerró todas las puertas. También la de Curro, su gran referencia anotadora. Bakis, de regreso a la titularidad, envió de cabeza al poste un centro de Valera, cuya energía ofensiva contrastaba con la morosidad de sus compañeros. El turco puso a prueba a Caro con un lanzamiento violento pero muy centrado. Cuando mejor estaba ya no en el encuentro sino en toda la temporada, Escribá le retiró por Manu Vallejo y el delantero no disimuló su desencanto camino del banquillo con un gesto de profunda amargura y desacuerdo. Vaquero se estrenó con los mayores en lugar de Mollejo, con la intención de apuntalar el centro del campo, por delante de Toni Moya, un detalle llamativo para un futbolista que venía para ser importante y lleva tres jornadas sin entrar en el once, esta, por primera vez, ni para participar un segundo. Valera, Azón y Aguado se marcharon y dejaron sus puestos a Bermejo, Sergi Enrich y Lluís López… El Burgos era una barco encallado y hundido. O eso parecía. Una docena de pelotazos a la olla, un par de corners y un saque de banda letal. Al final a balón parado, un arma de la que siempre saca réditos. En el descuento, el Real Zaragoza restó, una operación que le es familiar, y tiró por la borda todo su trabajo de erosión. Como no estaba Poussin, hubo un reparto democrático de culpables para dejar que el esférico, sin nadie capaz de despejarlo, lo atacara Matos con furia y puntería. Vienen tiempos difíciles.

1 – Burgos: Caro; Raúl Navarro, Aitor Córdoba, Grego Sierrra, José Matos; Appin (Elgezabal min 68), Atienza (Andy min 74), Mumo (Fer Niño min 54), Dani Ojeda (Ander Martín min 74); Curro y Edu Espiau (Sancris min 68).

1 – Real Zaragoza: Dani Rebollo; Andrés Borge, Francés, Jair, Lecoeuche; Germán Valera (Bermejo min 77), Marc Aguado (Lluís López min 87), Jaume, Mollejo (Vallejo min 66); Iván Azón (Sergi Enrich min 77) y Sinan Bakis (Vaquero min 66).

Goles: 0-1 M.38: Mollejo. 1-1 M.93: Matos.

Árbitro: Milla Alvéndiz (comité andaluz). Amonestó por los locales a Matos (min 81), al preparador físico Pablo Santis (min 82) y a Raúl Navarro (min 90), y por los visitantes a Bakis (min 26).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 13 de la Liga Hypermotion disputado en el El Plantío ante 8.532 espectadores.

03 comments on “El Real Zaragoza vuelve a atragantarse en la última campanada

  • Félix , Direct link to comment

    Que grandísica decepción la de ayer nuevamente. Que dos puntos volaron por la cara, otra vez por despistes defensivos, malos cambios y en el peor momento. No sé como pueden ganarnos estos equipos que no son nada, ni jamás ganaron algo importante en su vida. Vayan ustedes a ver un partido de 1 Cadete y verán que hacen mejor futbol. Cuando no nos gana un equipo de los bárbaros del norte, lo hace otro de las tierras glaciares en invierno. Por lo demás no tienen nada, pero que domingo tras domingo o cuando nos toca jugar nos humillan una y otra vez. Y una vez más, los cambios fueron a peor, con un cambio como el de Bakis que dejó al equipo sin artillería delante, y porque estaba haciendo un buen partido y, que desde entonces, sin Bakis y Azón los de la morcilla se vinieron arriba metiendo pelotazos al área no como gran estrategia para meter alguna por alto, sino porque no saben hacer nada más. En fin todo una pena y sigo diciendo que si no se contratan jugadores de primera con entrenador de primera no se subirá. Jugar en una pobre categoría como esta con tozoloneros contra tozoloneros no se conseguirá el ascenso. Lo del cambio del portero era lógico y necesario, de hecho creo que ya quedó tocado para siempre el día de la rilada en el Molinón. A seguir sufriendo en la nada. A ver si un día se me va el cabreo.

  • Leonaredo , Direct link to comment

    Siete puntos perdidos en los tres últimos partidos en los minutos de descuento.
    Verdaderamente: DE TRACA!!!

    • Félix , Direct link to comment

      Sí, una barbaridad. Y los cambios desastrosos. Sin Mollejo, aunque tuviera una tarjeta, pero hace mucha presión en medio centro cuando hay una pérdida. Otro cambio malo retirar a Bakis que al menos puede fijar a uno de los centrales en la salida de balón y da miedo. Un desastre.

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