Las puntuaciones se realizan de 0 a 10
SC (sin calificar)
Cristian 0
Desconocido
Armó un lío tremendo al despejar un balón que cazó De la Fuente en la presión y acabó paseándose a portería vacía. En el gol, algo tuvo que ver.
Gámez 0
Nulo
Reapareció en el once por Larrazabal y dio más profundidad, pero sin llegar jamás a ofrecer una buen pase y con retornos desordenados. Luis Rioja le ido la noche.
Lluís López 0
Flácido
Sus despejes son una poema. Incluso los celebra ofreciendo la palma de mano a sus compañeros para que le feliciten. Otra vez un desastre monumental como defensor.
Jair 0
Vulgar
Ganó balones por alto sin llegar a imponer su jerarquía y por abajo nunca ofreció soluciones en la salida. Se queitó la pelota como si le quemara.
Francés 0
Pálido
Va a peor jornada a jornada. Los tres centrales se le atragantan y el desplazamiento en largo también ha perdido precisión. Y no va igual de fiereza en balones divididos.
Fuentes 0
Atolondrado
El colombiano fue un chollo para todo aquel que se propuso entrar por su carril, utilizado por el Alavés con De la Fuente, Jonas y Tenaglia como asiduos visitantes de una zona sin peaje.
Grau 0
Vacío
Se quedó en zona de nadie, desorientado, incapaz de construir algo potable para su equipo. Pecó de más timidez que nunca frente a la furia rival.
Zapater 0
Invisible
En su debut esta temporada no dejó el más mínimo recuerdo de su paso por el encuentro. Trotó sin dirección ni pelota y fue sustituido.
Mollejo 0
Desquiciado
Se pasó todo el partido contra el mundo, impotente para ganar algún balón que no fuera aéreo y en posiciones muy lejanas al área.
Vada 0
Vaporoso
Volvió a su figura de máxima intrascendencia y se ganó una amarilla absurda en una acción que no pedía falta alguna. Se quedó en el vestuario en el descanso.
Giuliano 0
Fallón
Volvió a ser el mejor aunque no quiere decir que lo hiciera bien. Esta vez la velocidad y la decisión le sirvieron de poco ante una defensa marmórea.
También jugaron
Eugeni 0
Larrazabal 0
Gueye 0
Puche 0
Manu Molina 0
No puede ser más justa la calificación otorgada a todos los jugadores que intervinieron en el partido.
Está vez no se libra ni Cristian Álvarez. Todo lo malo acaba por contagiarse.
Inconcebible que una superioridad numérica durante tanto tiempo se transforme en una pesadilla para una poblada e innecesaria defensa del Zaragoza. Dos delanteros, y a veces uno del Alavés, volvían locos a tres defensores durantede la segunda parte.
Increíble la baja forma de los jugadores, amén del desastre de entrenador.