Francés y Francho lideran a un Real Zaragoza compacto

Dos jugadores de la cantera. Dos futbolistas de posición e interpretaciones muy diferentes. Un par de jóvenes gigantes para liderar a un Real Zaragoza compacto durante los 90 minutos, actitud global imprescindible para afrontar un partido de este tamaño, y para conducir a un grupo que crece cuanto a más altura le reta el enemigo y el calendario. Se le venía encima nada menos que el millonario Eibar y en lugar de esperarlo, el conjunto aragonés le tomó las medidas y le condujo a un partido de reducción creativa. Los sastres de la segunda victoria en casa, tres puntos que relanzan al equipo de JIM hacia posiciones muy próximas al playoff fueron, sin duda, Francés y Francho. Sin ellos es imposible comprender este triunfo, el segundo en una Romareda que hasta la visita de los armeros había visto fugarse punto tras punto ante adversarios mucho más asequibles que los guipuzcoanos. El trabajo de Jair, tenaz exorcista de cualquier demonio defensivo, resultó también fundamental para rubricar un resultado que puede cambiar el destino del Real Zaragoza si mantiene está línea no sólo contra los portaaviones de la categoría, sino con todo el que se cruce en su camino. Almería y Tenerife esperan a la vuelta de la esquina, pero superar esta prueba con semejante personalidad le concede mucho crédito para ese par de compromisos que volverán a exigirle lo mejor de sí mismo. Sin margen para un solo respiro.

No suele ser justo focalizar una victoria de este calado en dos o tres piezas del puzzle. Sin embargo sería inapropiado no reconocer que sin su omnipresencia física y mental, sin un influjo tan importante en el encuentro, el relato de los acontecimientos posiblemente no sería tan feliz. Muchas veces le llovieron elogios a Cristian y nadie cuestionó que fuera señalado como figura principal. Este lunes, el protagonismo, aun admitiendo que el resto de sus compañeros les acompañaron en la batalla con valentía e inteligencia táctica para leer lo que pedía el partido en cada respiración, pertenece a Francés y Francho, columnas maestras del edificio de Juan Ignacio Martínez. El central comenzó con un resbalón que activó todos los venenos de Stoichkov sin que el punta acertara a rematar con precisión. A partir de ese traición del césped, el defensa sobrevoló, con la impagable colaboración de Jair, muy por encima de su mejor versión contra todo tipo de atacantes que le propuso Gaizka Garitano cuando los vascos buscaban el empate como mal menor: Llorente, Quique, el mismo Stoichkov ya desesperado, Rahmani, Fran Sol… El internacional sub 21, secundado al final por Lluís López,  volvió a sentar cátedra aun en el acoso.

Si a su trabajo posicional se añade que fue el autor del gol de la victoria… Francés ya lo había buscado en otros partidos en no pocas ocasiones en acciones a balón parado. En este, había disparado a la parte externa del palo. Tiene un apetito insaciable y una ambición muy compensada, pero nunca abandona su parcela si no lo pide un córner o una falta a favor. Allí subió como siempre, en el minuto 60, y atacó un saque de esquina con pie firme para marcar e inaugurar su cuenta realizadora profesional. Un premio individual para todo el equipo, que ya tenía al Eibar fuera de sí, desquiciado más que nada en la figura de Corpas y cometiendo innumerables fallos no forzados en sus intentos de tomar la iniciativa. En ese papel de erosión, de recuperación y de control Francho Serrano regaló una función sublime, nada menos que en una medular tan fornida y rica de recursos como la del Eibar. Abarcó el campo con carácter de líder y ese sacrificio cooperativo que enraiza con aquella estirpe de holandeses mecánicos del fútbol total. No marcó de cabeza por poco y botó el córner del gol. Francho sigue creciendo en ese centro del campo zaragocista que ha hecho suyo esté quien esté a su lado.

El Real Zaragoza da un paso de gigante sobre la suela de dos colosos; sobre la huella de un vestuario que ante retos de esta dimensión no se achica frente a presupuestos muy superiores. Juega el fútbol de Segunda, con lo que tiene;  bravo y veloz; con arrojo; descarado y prudente… Altivo. Francés y Francho.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *