Cinco puntos de 21; cuatro derrotas, dos empates y una sola victoria frente al Eibar; diez goles en contra y un par de tantos a favor. El Real Zaragoza se ha descolgado hasta la 16ª plaza y ha reducido su colchón de puntos sobre el descenso a seis, mientras que el sueño de playoff se ha desvanecido. Su fútbol se ha reducido a cenizas y la afición se ha pintado la cara para ir a la guerra contra la propiedad por su nefasta gestión; todos los trabajadores han visto cómo se han vuelto a repetir los atrasos en nómina… Francho Serrano, mientras tanto, al igual que Jair al finalizar el encuentro de El Toralín, sigue en el carril de que todo es posible. «Somos el Real Zaragoza. Lo primero que debemos hacer es salir de esta situación, una mala racha que estoy seguro que la superaremos y ojalá lleguemos al ascenso».
El ascenso. La zona de arriba. El objetivo. Está claro que la realidad no tiene ni dorsal ni taquilla en el vestuario. El equipo juega una liga entre la responsabilidad y las obligaciones de un trabajador y la intuición del apostador inexperto en el casino, metido en una burbuja que ni siquiera los malos resultados son capaces de romper. «Estamos haciendo las cosas bien, y cuando trabajas así, las cosas terminan por salir», dice el centrocampista de la cantera, el jugador de mayor confianza de Juan Ignacio Martínez en la medular.
«Estamos muy tranquilos», insiste el zaragozano, quien considera que el parón como consecuencia de la disputa de la Supercopa servirá para entrar en el taller y reparar algunos aspectos del juego mejorables. «Este paréntesis nos puede venir muy ben para corregir cosas, elevar el nivel y conseguir la victoria ante el Valladolid, porque ya la necesitamos». Una de los condiciones para perseguir y alcanzar el triunfo que se les ha negado en las últimas cuatro jornadas es llegar al partido antes que el rival. «Es cierto que no cuesta entrar en los partidos más de lo habitual, y es una de nuestras prioridades». Francho incide en que «no podemos salir como lo hemos hecho en estos encuentros, pero estaremos con el plus de nuestra afición. No será fácil porque hablamos del Valladolid, el segundo mejor equipo de la categoría. Aun sí tenemos que hacernos fuertes en La Romareda».
El sistema de tres centrales no le está sentando especialmente bien a su juego ni al del equipo. El futbolista, pese a todo, cree que es una variante «que se ajusta bien a las características del equipo y si se trabaja bien, es una buena herramienta. La situación sanitaria con el covid dibuja un escenario inestable para competir con la seguridad de disponer de un bloque homogéneo. «Estás siempre en alerta porque podemos perder jugadores, aunque quien salga puede dar el mismo nivel. Nos fastidia, pero es algo con lo que tenemos que vivir». Sobre el dorsal de la primera plantilla y la mejora de contrato que no llegan, opina que «me gustaría hacerlo con el 14, pero sea con el 27 o el 55, lo que quiero es sumar partidos».
