Francho viene con la vacuna

LA PREVIA

Concentrar en el regreso a la titularidad de Francho la posible mejora del Real Zaragoza puede parecer excesivo. Sin embargo, el canterano, hoy por hoy, es una pieza fundamental para que el centro del campo adquiera una mayor tonalidad competitiva. El aragonés, después de tres jornadas ausente como consecuencia del covid, formará en la medular, donde Juan Ignacio Martínez dispone de dos opciones: seguir con el 1-4-4-2 establecido frente al Tenerife y que dota al grupo de un perfil más ofensivo o regresar a su dibujo fetiche, el 1-4-1-4-1. Lo más probable, a la espera de que el técnico dé a conocer el once una hora antes del encuentro, es que Eguaras y Francho compongan el doble pivote y que Chavarría y Bermejo se hagan cargo de los costados, con lo que Zapater, a un nivel notable frente a Tenerife y Rayo, se quedaría en el banco. De esta forma, Narváez y Alegría continuarían arriba sin alterar un dibujo más punzante.

La otra novedad, esta por exigencias del guión, será la presencia de Peybernes en lugar del sancionado Francés y por la lesión de Atienza. Si en el epicentro hay alternativas y combinaciones varias, en el eje defensivo el movimiento es forzoso. Del francés hay escasa información en el Real Zaragoza, donde apenas ha participado desde que aterrizó en el mercado invernal. El estreno de la pareja Peybernes-Jair, en principio con centímetros y experiencia, no despeja la incógnita de cómo se compenetrarán juntos en un territorio sagrado donde Francés había establecido un elevado nivel de seguridad.

La semana ha sido demasiado larga, con el fantasma de Vallecas visitando a los futbolistas. La zona de abajo se va congestionando más con rivales directos que suman puntos lento pero seguro. Y el Mirandés, el equipo más joven de la categoría y en disposición de soñar con el playoff de ascenso, supone una amenaza seria para un Real Zaragoza que está obligado a sumar de tres en tres en este tramo del calendario y no esperar a una recta final en la que se emparejará a los bólidos del torneo. La Romareda, aun sin público, le está sirviendo de sostén para no derrapar por completo, aunque tampoco le asegura mucho en este fútbol artificial. Su objetivo será conseguir una estabilidad en las líneas y en el comportamiento, alejándose de las intermitencias habituales. Francho trae consigo la primera dosis de la vacuna para que mejore la salud del grupo. La segunda dependerá de sus compañeros y de que Juan Ignacio Martínez sea capaz de transmitir un sentimiento tribal y de utilizar las ventanas de los cambios como una parte más de la estrategia y no como un juego de azar.

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