El Real Zaragoza llevó el partido a su terreno con los mejores registros de la temporada en el juego aéreo de un partido decisivo en las alturas
Sin el menor deseo de hacer encaje de bolillos con la pelota, el Real Zaragoza llevó el partido a su terreno. El desplazamiento largo del Mirandés lo contrarrestó con la misma fórmula, balonazos a los espacios, despejes más o menos dirigidos y ningún debate abierto por la construcción académica. En todo el partido tan sólo se permitió una transición de Soberón que Arriaga finalizó con un disparo a las manos de Raúl Fernández. El resto de su estrategia consistió en tener el esférico lo mas lejos posible de Poussin a la espera de lo que sucedió, un córner del que extrajo el triunfo. El Mirandés entró en la misma dinámica porque no se encuentra incómodo en esa propuesta. Hubo lances del partido de intercambio constante de toques del balón con la cabeza, siempre con el objetivo de ganar un metro o no conceder nada al rival. La batalla aérea, sin embargó, la ganó el equipo de Gabi Fernández, gracias sobre todo a la jerarquía que impusieron en esa faceta Jair Amador en el eje defensivo y Kervin Arriaga en la medular.
Paniccheli, que por arriba va como los ángeles, sufrió un calvario ante el central portugués, mientras que el mediocentro hondureño firmó una segunda parte de espectacular imposición de sus centímetros. Entre ambos y la aportación de Vital y Clemente, el Real Zaragoza logró el mejor registro, nada casual, de toda la temporada en duelos aéreos ganados. Se impuso en 28 de los 53 impulsos que tomó, un 53%. El Mirandés le anduvo a la par en un encuentro casi testimonial para los ejércitos de tierra con un 47%, 25 de 53 gracias a las intervenciones de Tachi, Eguiluz y Juan Gutiérrez. El pulso resultó parejo, pero en el fondo, la eficacia del Real Zaragoza fue mayor porque cortocircuitó una de las herramientas más habituales de los jabatos, además de adornar su triunfo con un cabezazo de Jair, príncipe de la batalla del aire junto a otro tallo, Arriaga.
Primer paso dado, atención solo el primero, en cuanto al análisis deportivo de estos partidos son de los que los entrenadores sacan sus conclusiones, basicamente quien esta para esta guerra fratricida y quien no, es el problema de cambiar de entrenador a falta de 10 jornadas y este no ha militado en tu categoría este año no conoce la plantilla y quien lo hace lo lleva a cabo de forma torticera, bajas como las de Calero, Moya y Luis López hoy han ayudado al equipo, es la hora de los hombres (Francho,Jair,Arriaga,Guti) y no de los nombres, no esta Adu Ares, Liso quizá más banquillo espolee al maño como le ha ocurrido a Tasende, en estas circunstancias yo confiaria en Luna y Terrer no te van a decepcionar Gabi y lo de Mari tu explicación técnica tendra.
La grada no es tonta del todo, esto es para «El Capuchas», no grita el primer día «fulanito vete ya» porque sí, hoy era necesario el 5º defensa al final del partido y se ha dejado las manos al producirse, me llenaria de orgullo y satisfacción te enviaran el vídeo del partido junto con el finiquito para que contemplases lo que significa el Real Zaragoza y que su afición nunca lo abandona pero no dejara de ser crítica y exigente o de lo contrario se convertiria en el Atletico Otawa, ah y al de el traje y zapatillicas blancas tampoco vamos a olvidar que el día D a la hora H no estuviste, estarías en Miami tomando el sol, te llegará tu San Martín. AUPA REAL ZARAGOZA
El de las zapatillas blancas está para lo que está y nada que ver con el fútbol.
Del aspecto deportivo y de la porpiedad – sociedad ya he hablado y tengo claro que ambos son los culpables de la situación negativa que atraviesa el Real Zaragoza. Habrá tiempo de analizar más profundamente cuales han sido los factores que han dado origen, ejecución y mantenimiento a este desastre. Ahora es el momento de que el zaragocismo esté unido para salvar la categoría. Ayer se vieron en algunos jugadores un comportamiento muy positivo que hacía muchos partidos que no se veía. Y una última cosa, no creo en esos entrenadores profesionales que no han sido titulares imprescindibles en los equipos en los que han jugado. Hay que haber vivido con intensidad el fútbol y sus emociones desde dentro para sentirlo de verdad.