No se siente cómodo Juan Ignacio Martínez cuando le preguntan sobre el mercado de invierno, qué jugadores restan por llegar y qué tipología de futbolista hace falta. Le quema esa cuestión y deriva hacia el circunloquio, hacia la figura de Miguel Torrecilla y los méritos del director deportivo por su dedicación al rastreo y captación. Ni una sola queja, ni una sola petición, ni una sola pista cuando restan tres días para reforzar un equipo destinado ahora mismo a luchar por la permanencia, un conjunto que viene de cinco partidos sin ganar ni golear que ha incorporado tan sólo a Jaume Grau y Eugeni. «Miguel tiene claro lo que quiere», dice el técnico como si no participara en esas decisiones. Pero desliza una frase que resume muchas cosas o casi todo sobre la realidad del club. «Si queremos a alguien y nos lo quitan a golpe de talonario, no podemos hacer nada, pero la ideas es traer alguien más». Se busca un delantero que pueda aportar goles y lo que caiga o lo que sobre. El panorama no es muy alentador y el margen de error, nulo.
Mientras espera noticias de su amigo y sus negociaciones sin fondos suficientes para competir por primeras opciones, el entrenador alicantino, a quien cada vez se le nota más afectado por luchar contra los elementos. se alegra por los menos de ir recuperando piezas para el encuentro contra el Ibiza. «Estamos contentos en ese sentido porque la semana pasada frente al Valladolid fue difícil confeccionar un once y en esta recuperamos a Cristian, Zapater y a Vada, quien ha finalizado ya su sanción. Los fisios y los médicos están trabajando para conseguir un vendaje especial con el que Álvaro se sienta cómodo con su mano, mientras que con Nano tenemos más dudas». Eugeni Valderrama acaba de aterrizar, pero entrará en la citación y seguramente tendrá minutos. «Viene de un viaje largo, de un escenario distinto… Si no hay sorpresa el lunes estará con nosotros. Él quiere participar ya».
Esas cinco jornadas sin triunfos, con tres derrotas y dos empates, y el declive futbolístico con especial acento en ataque han situado al Real Zaragoza en una situación delicada. En Can Misses, además, espera un Ibiza que con la llegada de Paco Jémez ha acrecentado su verticalidad, su ambición y en especial su capacidad goleadora. No hay tiempo para cantos de sirena porque apremia ganar. «El Ibiza ha protagonizado últimamente con Paco partidos muy abiertos, de mucha ida y vuelta. Buscan lo que quieren y lo consiguen con una presión muy alta. No es casualidad», comenta el técnico, quien vuelve a reconocer que el conjunto aragonés ha de resumir sus objetivos al próximo encuentro sin sumar estrés a sus futbolistas por el hecho de que no marquen. «No podemos justificar lo injustificable, los números son los que son y ojalá se dé un 0-1. Desde luego no voy a provocar un psicosis por lo del gol, pero debemos buscar más la portería rival porque queremos y necesitamos volver a ganar». «Miro a Ibiza. Hay que ser honestos con nosotros mismo y coherentes», puntualiza.
Para este compromiso seguirá contando con Sergio Bermejo pese a que el centrocampista tiene un pie fuera con destino a China. » Es un jugador importante que nos ha dado mucho con su gran compromiso. Últimamente he hablado en más ocasiones con él y sabemos que mientras esté aquí nos va a dar los máximo». Mientras Lasure acaba de ser inscrito además de renovar hasta el 2023. JIM se muestra cauto con el regreso del lateral después de haber superado un tumor testicular y haber pasado mucho tiempo sin competir. «No hay que meterle más presión. Su proceso de recuperación ha sido muy rápido y sé que nos aportará mucho cuando le necesitemos».
Del ruido de la compraventa y los comunicados del club, JIM está como ausente. «Pertenecemos a una empresa con prestigio que ahora no pasa una etapa buena. No puedo hacer una valoración porque desconozco la situación. Sólo sé que tenemos que morir por la empresa que nos paga religiosamente. Debemos estar en lo que estamos».
