José Luis Violeta: «Yo me adaptaría perfectamente a esta época»

José Luis Violeta cumple hoy 80 años. Quienes le vieron jugar, guardan de él la imagen de los Magníficos y los Zaraguayos, dos joyas de artesanía del Real Zaragoza y de la historia del fútbol español. Quienes han heredado de sus abuelos o padres aquellos episodios, escuchan sobre todo cómo se aprecia la figura del León de Torrero, un zaragozano de tan gran amplitud humana como deportiva que sobresalió en la corte de aquellos equipos colmados de reyes. El día elegido para le celebración del aniversario de su nacimiento se traslada al próximo domingo, y tiene una curiosa explicación: en el mes de febrero, además del exjugador, vinieron al mundo su hijo José Luis, su mujer Adela, y sus nietos Julia, Luis y Blanca.

La familia, no todos porque la pandemia restringe el número de personas, se reunirán alrededor de una paella, con José Luis y Adela, la mujer con quien contrajo matrimonio el 17 de diciembre de 1963. Waldo Marco, el presidente, le concedió un mes de vacaciones para que disfrutará de la luna de miel en Palma de Mallorca, y cuando volvió, perdió la titularidad que se había ganado de la mano de Ramallets. Apenas participó el resto de la temporada y tampoco en la final de Copa contra el Atlético. «Ahora a lo mejor hubiera retrasado la fecha de la boda, pero como no había asesores o representantes como hoy en día, pues lo decidimos nosotros», relata el futbolista que en más ocasiones ha vestido la camiseta del Real Zaragoza junto a Xavi Aguado.

Eran otros tiempos, pero Violeta dice que, si volviera a nacer, «elegiría aquel fútbol, me gustaba más. En el actual se estrechan los espacios, la gente está apelotonada y la mentalidad también ha cambiado. Di Stéfano dijo, y estoy de acuerdo, que la mejor defensa es un buen ataque, y que si metías tres goles, era mejor que dos, pero si marcabas cinco, mejor que tres. Antes disfrutabas y salías a ganar; ahora lo importante es no perder». Discrepa por completo con quienes defienden la teoría de que el juego se ha modernizado por una mejor condición física y los rigores de la estrategia. «Eso es muy relativo y en muchos casos incierto. Hay que matizar. ¿Dime cuánto ha evolucionado por ejemplo el récord de los 100 metros lisos en las últimas décadas? Nosotros también éramos atletas, por supuesto con menos medios que ahora, pero con grandes condiciones. Yo me adaptaría perfectamente a esta época«.

«Un día, el entrenador le dijo a Carlos Lapetra que siguiera a su lateral, y le contestó que él no era defensa». Violeta incide en las diferencias de concepto más que las puramente deportivas, y sus explicaciones no se refugian en la nostalgia o el pasado como tiempo mejor, sino en una lúcida exposición personal. «Yo era mediocampista con tendencia a irme hacia arriba, pero mis condiciones físicas me permitían regresar para defender. Eso sí, solo subía si no íbamos ganando». Un todocampista internacional en 14 ocasiones que ocupó el lateral derecho, el medio volante y la posición de libre o central. «Fui muy feliz en dos equipos históricos que trazaron el estilo por el que es reconocido el Real Zaragoza. Me divertí mucho y doblemente porque en Aragón y es Zaragoza es muy complicado triunfar, pero fui una excepción y ahí está el partido homenaje para confirmarlo con 35.000 personas en la grada en mi despedida. Creo que supe ganarme a la gente y a la afición. Y a la prensa, con quien jamás tuve un mal gesto».

Cómo no le van a querer. El Real Zaragoza descendió a Segunda en 1971, y en un entrenamiento, el entonces presidente José Ángel Zalba se le acercó en el césped para comentarle que había recibido una llamada del Real Madrid. «Los fichajes solo se hacían con el consentimiento entre los presidentes de los clubes. Le pregunté si el Zaragoza me necesitaba y dijo que sí. Entonces me quedo, fue mi contestación. Me sentía responsable del descenso y decidí seguir aquí». ¿Se arrepiente? «Jamás. En aquella época solo pensabas en tu equipo, en este caso el Zaragoza. Nunca me he arrepentido y lo volvería a hacer», responde como martillo sobre el yunque del convencimiento.

Venera a Carlos Lapetra, que le apadrinó, después de haber tenido de ídolo a García Traid y posteriormente haber admirado a Javier Planas. «Lapetra era todo inteligencia en el centro del campo aunque partiera en un posición de falso extremo, con una técnica exquisita que utilizaba en favor de los delanteros. Bajaba a recibir los balones y les daba alma». Violeta, sin embargo, hace una puntualización. «Los Magníficos éramos todos, no solo los cinco. Un equipo maravilloso que se hizo de la noche a la mañana. Siempre he defendido que sin la labor de tus compañeros estás perdido. Uno solo nunca puede ganar un partido».

Eso sí, el futbolista por delante cualquier intruso. «Eso del equipo de tal o cual entrenador… Antes era el equipo de Lapetra, de Di Stéfano, de Iríbar, del jugador más destacado en cada club. Los técnicos realizan una labor fundamental para preservar la disciplina y elegir a los mejores en cada momento, pero su función es la que es». Para quien sí guarda una mención especial es para Avelino Chaves, secretario técnico y arquitecto de esos dos conjuntos monumentales. «Una persona encantadora, que sabía estar en su sitio. Con un ojo increíble. Muy respetuoso con los futbolistas. Era muy especial y acogedor, un gran profesional con quien tenía largas charlas en su despacho. Sentí mucho su fallecimiento».

Ve todos los partidos del Real Zaragoza, y este domingo, después de la paella y la múltiple celebración de cumpleaños en su casa, no se perderá la cita contra el Real Oviedo. Su análisis de esta temporada va parejo a la opinión general, a la realidad en definitiva. «En el Zaragoza hace falta, además de dinero, un goleador, un futbolista imprescindible en cualquier equipo. Del tipo Borja Iglesias, que marcan y generan peligro con sus movimientos, igual de importante. En un partido de Copa contra el Barça que acabó 6-4 a nuestro favor, cuatro defensas se pusieron sobre Marcelino y yo quedé libre para conseguir un tanto de cabeza. A eso me refiero». Violeta apunta que «el equipo está ahora bien conjuntado y Francés, Francho e Iván Azón tienen un nivel muy alto. 80 años contemplan ya al León de Torrero. Todo corazón. Todo agradecimiento. Todo aragonés.

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