La Fundación, el gran liquidador histórico de entrenadores

La actual propiedad del Real Zaragoza ha demostrado en numerosas ocasiones su incultura deportiva y futbolística en los ocho años que lleva al frente del club, siempre en Segunda División. Delegar la dirección general en Luis Carlos Cuartero después de que el consejero Carlos Iribarren ejerciera de facto de secretario técnico y de petit Robespierre durante el primer año, fue su gran brindis a la ignorancia. El exjugador, sin preparación alguna para el cargo y con la justa antipatía heredada por su pasado de ayuda de cámara de Agapito Iglesias, maniobra en la oscuridad y desde la oscuridad. Sus múltiples errores de gestión en la toma de decisiones se extienden a todas las áreas del club y, sin embargo, es el gran intocable de un organigrama ejecutivo sin mucha más luz profesional.

Con el Real Zaragoza deslizándose a toda máquina por la ladera de un nuevo fracaso y con la salvación como repetido y angustioso objetivo a la vista, Juan Ignacio Martínez podría caer si en las dos próximas jornadas, contra Burgos (jueves) y Sporting (domingo), el equipo insiste en no ganar. Por el momento no se ha profundizado en la figura de un sustituto, pero este par de resultados marcarán el futuro del técnico alicantino. En el caso de que se produzca la destitución de JIM, la Fundación se confirmará como el gran liquidador histórico de entrenadores del club aragonés en sus 89 años de vida, nueve en total, superando con creces a su antecesor Agapito Iglesias. El empresario soriano, desde su aterrizaje político en la institución en mayo de 2006 hasta su salida en julio de 2014 con la donación de sus acciones a la Fundación, utilizó diez entrenadores, de los que cinco fueron relevados de sus cargos en este periodo. Víctor Fernández, fichado para luchar por la gloria de la Liga según las intenciones del propio Agapito, fue su primera víctima, a la que sucedieron Marcelino, Gay, Aguirre y Herrera. En el descenso del 2008, Garitano e Irureta dimitieron y Villanova acabó la nefasta campaña. Manolo Jiménez no fue renovado tras la última experiencia en Primera y Víctor Muñoz se quedó en tierra de nadie cuando se produjo el cambio accionarial.

El desastre en la elección y los cambios en el banquillo de la Fundación no tienen parangón. Ni quiera en la era Alfonso Solans Júnior, quien vio pasar a 11 preparadores y prescindió de 5 (Víctor Fernández, Espárrago, Lillo, Rojo y Paco Flores). En sus ocho cursos como responsables de la entidad, Alierta y y el resto de nobles ciudadanos zaragozanos han contado con 13 técnicos y han fulminado a 8, récord absoluto. Víctor Muñoz inauguró la guillotina con Iribarren como verdugo y a la lista se fueron uniendo Popovic, Milla, Agné, Idiakez, Alcaraz, Baraja e Iván Martínez. Sólo cuatro finalizaron sus compromisos contractuales: Carreras, no renovado tras el fiasco de Palamós, Láinez, Natxo González y Víctor Fernández. En el caso de que la tendencia del equipo no gire hacia triunfos inmediatos, Juan Ignacio Martínez se convertirá en el noveno damnificado y de poco le servirá su milagro de la permanencia. Los resultados mandan, sin duda influenciados por el cada vez más calamitoso desgobierno deportivo que se recuerda en la biografía zaragocista.

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