La hormigonera de JIM contra el florete de Mel

El partido es de los que tiene miga y corteza. Y mucho alimento dentro para un Real Zaragoza que de sumar los tres puntos en el Gran Canaria, haría nueve de nueve y se relanzaría en la clasificación con ese pleno que tan sólo dos jornadas atrás parecía una misión imposible. El equipo se impuso en Burgos de aquella manera, con traje de luces en la primera mitad al Sporting y este sábado (20.30, #Vamos) le espera el Las Palmas, el mejor local con un kaláshnikov bajo el brazo: cinco triunfos seguidos, dos empates y ninguna derrota y 17 goles en total. Se mirarán a los dos ojos dos conjuntos que se niegan a perder, invictos cada uno a su manera en 13 de las 15 jornadas celebradas, heridos por notables ausencias pero sin luto alguno en sus rendimientos, capaces de reponerse a las bajas con personalidad y la experiencia de dos entrenadores que han cruzado sus caminos en once ocasiones con mejor suerte para JIM (siete victorias). El Real Zaragoza engalanado, ahora que gana, por nueve empates seguidos que le llegaron a amargar su trayectoria, presenta ante los canarios otra prueba de la dificultad de tumbarlo: sólo ha caído fuera en una ocasión, en Valladolid; nadie es más duro de roer por completo en los desplazamientos.

El encuentro, aunque resulte un tópico más en un deporte y una categoría tan mudables del palo largo al corto, puede resultar clave para el porvenir del Real Zaragoza. Hasta la fecha, sus adversarios de más enjundia han sido el Valladolid, que le ganó, y el Sporting, donde incluso se lució. Las Palmas parece y es otra cosa. Más hecho, mejor trabajado desde la dirección deportiva, donde el exzaragocista Luis Helguera está realizando un gran trabajo en su segunda etapa en el club, asoma el florete de Pepe Mel, un bloque descarado, mucho más cuidadoso en defensa que la campaña pasada pero con esa cadencia histórica y esta vez efectiva a ser protagonista con el balón en todos los frentes. Pierde para esta cita a Curbelo por acumulación de tarjetas amarillas; al central Saúl Coco, convocado con Guinea Ecuatorial, y al deslumbrante delantero de 18 años Alberto Moleiro, con la selección española sub 19. Peñaranda, Pejiño y Sergio Ruiz, de retiro en Cantabria por prescripción psicológica, son otras de las bajas de calado de los canarios. Por contra, recuperan a su director de orquesta, Jonathan Viera, una vez superada una fractura en el dedo de un pie. Mel ya ha insinuado que no forzará de principio con el atacante en un once que ahora se sostiene en una segunda batería muy fiable: Benito, Kirian, Clemente…

El Real Zaragoza se presentará sin tres de sus futbolistas principales, Francés, Francho, con la sub 21, y Nano Mesa, uno por línea, ni Petrovic, que se ha hecho un hueco pese a su flaca versión física. Tampoco estará Yanis, con Panamá, pero se supone que nadie le echará de menos. En un vestuario que puede prescindir de poco –más bien de nada–, ese vacío en la columna vertebral del equipo puede hacer daño. En teoría, porque en la práctica el cuadro aragonés ha sabido reponerse a todo tipo de ausencias, reinventado por un JIM que después de apostar por gente de su confianza ha virado hacia el espíritu tribal, donde todos son importantes o lo parecen. En su hormigonera ha amasado un bloque que, con sus limitaciones, despistes, y un goteo todavía escaso de gol, compite a rabiar. Todos los que faltarán en el Gran Canaria lo han hecho alguna vez a lo largo de la temporada y con más o menos alegrías en su juego nadie ha sido capaz de hacerle morder el polvo. Refugiarse en las excusas no es del estilo de JIM ni procede en un equipo que se señala a sí mismo como pretendiente a la parte alta de la tabla. La mejor noticia es la vuelta de Juanjo Narváez a una convocatoria, pero el cafetero apunta al banco de la suplencia.

Lluís López entrará seguro en lugar de Francés, mientras que en el centro del campo se espera, esta vez por exigencias del guión, otra revolución. Eguaras, Zapater, Igbekeme, Vada, Adrián, Borja Sainz, Bermejo pujan por cinco posiciones, con preferencia para los primeros a la espera de quiénes serán los elegidos en los costados y el otro para actuar por dentro. En punta, Álvaro Giménez. Se desconoce cuál será la respuesta del Real Zaragoza con su nuevo formato para desarmar al vertical ejército de Jesé, feliz si le regalan la posesión como si le invitan al intercambio de golpes. Tendrá que estar mucho más cerca de su versión contra el Sporting que la ofrecida en El Plantío. Venció en ambas, pero en Las Palmas al sólido hormigón que le distingue como la mejor defensa del torneo junto al Almería tendrá que ponerle más picante ofensivo. Aunque esta vez el empate se vería con mejores ojos.

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