La pequeña gran leyenda de JIM

Hace un año entró en una cacharrería con goteras por todo el edificio, sin que ningún número de urgencias respondiera a la llamada de un Real Zaragoza que se venía abajo en todos los sentidos. Se puso a organizar como pudo semejante desorden deportivo e institucional, sin pisar ni un solo charco, con una sonrisa por fuera y por dentro. Con un espíritu de contagioso optimismo que se instaló en lo más importante, unos jugadores muy terrenales que habían renunciado a todos los dioses. Bajo la capa de Juan Ignacio Martínez había un ser humano, un persona que vio la oportunidad de reencontrarse con la felicidad de su oficio en un club monumental pese a hallarse en la ruina más absoluta. Con herramientas elementales pero eficaces y adecuadas, huyendo de todo conflicto y siguiendo en el mercado de invierno las pobres directrices económicas de una propiedad inconsciente del peligro, evitó el descenso con cierta holgura y se ganó el corazón y el respeto de una afición agradecida.

El destino le reservó otro reto no menos sencillo este verano, cuando el lamentable episodio de la compraventa le dejó a la intemperie, construyendo a destiempo y fuera del circuito de los fichajes que solicitaba un equipo en el que sólo él y el director deportivo creyeron, principalmente porque era su criatura. A la espera de lo que ocurra ante el Tenerife, el Real Zaragoza transita por la zona media con opciones de irse al parón navideño con una cantidad de puntos que podría animarle a afrontar la segunda vuelta con moderadas ambiciones. El técnico, que dudó y de quien se dudó, va camino de obrar su segundo milagro dentro de esa cacharrería que tan poco interesa a sus auténticos dueños y de la que intentan deshacerse en cuanto puedan.

Este domingo, JIM dirigirá su partido número 49 con el conjunto aragonés. No dice demasiado en cuanto a longevidad en el cargo, pero teniendo en cuenta que finalizará la actual temporada, el entrenador alicantino sumará al final, como mínimo, 71 encuentros al frente del equipo: uno más de Copa ante el Sevilla y los 21 de la segunda ronda del campeonato. En estos nueve ejercicios en Segunda, en un banquillo caliente e inestable como ninguno que ha visto pasar a 14 profesionales, sólo Víctor Fernández ha alcanzado esa cantidad entre los cursos 2018-2019 y 2019-2020 (23+48). Juan Ignacio Martínez le superaría si jugase una eliminatoria más de Copa o alcanzase el playoff. Igualará al aragonés y adelantará a Popovic (51). Del resto de etapas de la entidad en esta categoría, también sobrepasará a Caicedo (56), Juanito Ruiz (56), Marcelino (59) y Paco Flores (68). No podrá hacerlo, de momento, con Mundo (80). Es decir que Juan Ignacio Martínez, junto a Víctor Fernández, será el segundo técnico con más partidos en Segunda al frente del Real Zaragoza.

Sin hacer el mínimo ruido, JIM se quedará a las puertas del top ten de los entrenadores con más encuentros en la historia de la institución sin tener en cuenta el filtro de la categoría, es decir con la suma global ya sea en Primera o Segunda. Si cumple con los 71 previstos, se elevaría hasta la 13ª posición del ranking. Ya ha igualado los 48 de Natxo González, Juan Otxoa Milikua y Arsenio Iglesias, y va camino de aventajar a Ferrari (50), Daučík (62) y Tomás Arnanz (66). Por delante tendría aún a mitos y clásicos como Antic (6), Mundo (97, Quincoces (104), Manolo Villanova (112), Txetxu Rojo (112), Beenhakker (116), César Rodríguez (143), Víctor Muñoz (148), Carriega (165), Luis Costa (245) y Víctor Fernández (419). Ahí está Juan Ignacio Martínez, tejiendo su pequeña gran leyenda en la cacharrería.

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