Las bestias goleadoras contra el Sevilla

Si algo necesitaría el Real Zaragoza esta tarde frente al Sevilla serían goles (18.00 DAZN). Los ha perdido en las dos últimas temporadas y en sus tres últimas jornadas en Liga ha sido incapaz de marcar un solo tanto. Aunque su empresa, eliminar al poliédrico conjunto andaluz, sea de una dificultad ciclópea, recuperar la emoción del gol podría darle algo de sentido a este partido de Copa. El equipo de Nervión es el octavo al que en más ocasiones se ha enfrentado el aragonés en sus 89 años de historia. Los tiempos han cambiado bruscamente sobre todo por la faz irreconocible por deformada del Real Zaragoza y la excelsa trayectoria de su enemigo desde que regresara a Primera con el arranque del siglo XXI.

¿Quién podría batir al Sevilla al menos en una ocasión? Es el conjunto más sólido en defensa de la elite –sólo ha encajado 13 dianas–. En estos duelos, en otras épocas, hubo jugadores zaragocistas que fueron auténticas pesadillas en ataque para la escuadra andaluza. Cuatro en concreto: Murillo, Higuera, David Villa y Amarilla. El Pulpo y el Paquete en especial, ya que ambos consiguieron siete goles, y nunca faltaron a la cita. El espigado punta catalán los logró en seis partidos, estrenando un doblete en su primera experiencia con la casaca blanquilla en 1957. Higuera tuvo una puntualidad exquisita para dar la victoria al Real Zaragoza en La Romareda, en un par de ocasiones de la mano de Miguel Pardeza, y en el Sánchez Pizjuán. Era un mago descarado, y el Sevilla nunca adivinó el truco para frenarle.

El paraguayo Raúl Amarilla firmó media docena entre Liga y Copa de la Liga, cuatro de ellos en la capital andaluza, donde su inspiración se elevaba. David Villa, en las dos temporadas que militó en el Real Zaragoza, fue el más voraz: seis goles en tres encuentros. La anécdota con al asturiano resplandece en la jornada 34 del curso 2003-2004, mes y medio después de haber ganado la Copa al Madrid en Montjuïc. El asturiano y Casquero hicieron dos tantos para abrir boca en una tarde con olor a pólvora, y el Guaje se adornó con un triplete desde el punto de penalti. Pero el partido acabó 4-4 con el Municipal despidiendo con bronca a Villa porque consideraba que había fallado demasiado. Sí, eran otros tiempos. De fútbol y de goles al Sevilla.

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